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"¿Por qué abrazarte a ti es tan diferente?
Sentir tu calidez, tu aroma y escuchar tu suave y dulce voz me da vida, me vuelve infinito entre tus brazos, eternidad entre tus besos, me llevan a las brillantes estrellas, las hermosas que habitan tus ojos...
¿Podemos? ¿Puedo permitirme pensar en ti a cada instante? ¿Puedo ser egoísta al no querer que te vayas lejos de mi? ¿Tengo derecho siquiera a decirte que eres mío?"


Jimin sintió la nariz de su amante recorrer su cuello y sus hombros destapados, sus brazos se erizaron ante la sensación de estar en un lugar prohibido. Las manos de Yoongi acariciaron su espalda hasta llegar a su trasero, apretando su carne, provocando su deseo. 

—¿Qué tienes puesto? Preguntó el chico de cabellos negros, tocando el encaje de su ropa interior,
—¡Eres demasiado sexy, pícaro y tierno al mismo tiempo! Dijo sonriendo mientras tocaba su miembro a través de la tela.

—Sólo contigo, sólo tú provocas todo eso en mi... Susurró Jimin, apretando sus piernas en la cintura de Min, quien lo había levantado y llevado a la pared, degustando la piel cálida y dulce de su cuello, consumiendo su delicioso aroma y sus jadeos que se convertían en pequeños gemidos que intentaba callar estando en aquella estancia.

Yoongi lo llevó al sofá, donde lo dejó con cuidado, agitado y con el rostro sonrojado por su deseo intenso.

—Tus piernas son un pecado, murmuró tomando una de ellas, alejando la tela semi transparente del traje, —Son mi entrada al infierno, mi condenación...

Su boca se deslizó por su tobillo hacia su rodilla, besando lentamente su tersa piel, sintiendo encantado el leve temblor que Jimin tenía por los nervios; una pequeña mordida cerca de su ingle lo hizo gemir bajito, sus manos taparon su boca, mientras sonreía apenado.

—¡Yoongi¡ susurró exaltado, —¿Por qué siento que llevamos toda una vida haciendo esto, aunque sea poco tiempo? Muero en tus labios cuando me tomas así, ¡No te detengas nunca! 

—Jiminie, mi príncipe, quiero consumir de ti cada instante, cada espacio tuyo; así como tú te llevas todo de mi...

Sus ojos brillaron ante sus palabras, y se curvaron en medias lunas al sonreír en un tierno puchero avergonzado; Yoongi besó su pequeño "pico" queriendo grabar en su alma aquel bello rostro que le estaba calando hasta donde nada había llegado jamás.

 —Nadie me conoce tanto como tú, sabes que desde que éramos niños, siempre te preferí ante cualquiera; eres el único que conoce todos mis secretos, mis penas y mis sueños...

Jimin quiso decirle que lo amaba con el alma, que lo entendía, quiso decirle en aquel momento que estaba dispuesto a cuidarlo, demostrarle que podía ser amado sin condiciones, sin miedos, que así como lo había protegido siendo sólo un niño, así lo haría hasta que olvidara el dolor que llevaba dentro.

Quiso...

—Yoongi, dijo el actor, tragando su sentir junto a su pena, en el nudo de su garganta. —Sabes que siempre te he tenido sólo a ti en mi solitaria vida, entre mi tormentoso caos fuiste el cielo azul asomándose, eres la causa de mis sonrisas...

Yoongi se derritió, —¡Mi Jiminie precioso! dijo mordiendo el labio inferior, metiendo su lengua para saborear la de su chico, comiéndose sus quejidos, alejando los pensamientos tristes de Jimin, mientras sus manos se aferraban a su espalda y su piel, queriendo tenerlo desesperadamente, olvidando donde se hallaban.

—No quiero alejarme de ti Minie, me temo que hacer eso no es posible, soy perdido, un adicto a ti, Park Jimin.

—Yoonie, murmuró junto a sus labios, —No te alejes, vamos a perdernos juntos... Empezando aquí, quiero que lo hagas aquí. Murmuró.

Lights, camera and secret love! (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora