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"Ante los ojos de todos somos un pecado, ante los tuyos soy lujuria y soy deseo; soy un ciego con la vista más perfecta, porque sabiendo eso, sigo aquí entre mis necias mariposas, porque tú ante mis ojos, eres el único ser que amo"


Jimin dio un pequeño chillido enredado en sus sábanas; una preciosa sonrisa apareció en su rostro mientras evocaba el recuerdo de horas anteriores; su cuerpo dolía, saber que Yoongi había sido la causa, lo estaba volviendo loco, incluso sus pensamientos y recuerdos lo hicieron sentirse deseoso.

—¡Ven aquí pequeño Min! Dijo acariciando al pequeño gato naranja, —Tu padre ya no es sólo tuyo pequeño prince, ahora es mío, ¡Yoongi es mío! 

Su felicidad lo hizo derramar una lágrima solitaria; cansado y dolorido se levantó de la cama, sonrió al ver su pijama mal abotonada, producto de Yoongi quien se la había puesto con sus torpes manos mientras lo besaba, intentando despedirse para volver a casa.

"Minnie es tarde... Debo volver con Jk"
"Pero eres tú el que no me sueltas Yoon"
"No quiero dejar de besarte Jiminie...
No te vayas entonces, Yoongi bonito"

Yoongi encendió la luz de su habitación cuando llegó por fin a su casa, se dejó caer sobre su cama, lanzando su chaqueta lejos. Las palabras y acciones tiernas de su mejor amigo lo tenían ebrio, emocionado y perdido.

"¿Cómo me llamaste Minnie?
Te dije Yoongi bonito... ¿No te gust..."

La boca de Jimin había vuelto a ser prisionera, Yoongi volvió a su realidad, su sonrisa coqueta abarcó su rostro.
—Eres difícil de resistir, mis ojos preciosos... Yo me volví la polilla que gira en torno a tu luz, ¿Qué me hiciste? Jiminie, ¿Qué es lo que siente mi alma por ti? 

Esa noche, sus almas se hallaron en los sueños, almas limpias, brillantes y etéreas; sonrientes al reconocerse desde hacía siglos, llorosas al saberse equivocadas.

El roble sacudió sus ramas viejas, lejano en un pueblo polvoriento, sus frutos resonaron en el pasto, al ritmo de dos dulces corazones; y a nadie le importó que fueran hombres, nadie dijo que los dos eran prohibidos; nadie lo dijo, nadie murmuró en el silencio.

Sólo la verdad ululó el viento, perdido entre las bellas mariposas, que gritaron en un baile silencioso. ¡Su destino es amarse desde el alma! ¡Lograrlo es lo único que importa!

La mañana llegó fría y lluviosa, el sonido insistente del timbre lo despertó de golpe.
Yoongi se levantó medio dormido; su hermano le había dejado una nota en la mesa, la tomó sonriendo con ternura ante su agradecimiento por lo que había hecho por él esos días.

"Jungkookie, eres mi vida hermanito"

Abrió la puerta, observando una aparición angelical que le sonreía con ternura.

-¿Jiminie? ¿Haz venido solo? Preguntó preocupado.

Jimin se lanzó a sus brazos, enredando sus piernas en su cintura, metiendo su rostro en el cuello. —Mi Yoongi bonito, he decidido quedarme este día contigo, no iré a grabar hoy.

Yoongi sonrió llevándolo al sillón, —Entonces ¿Puedo llevarte a casa mañana temprano?

Jimin asintió con su rostro sonrojado, —Dormí pensando en tu boca, Yoongi bonito... Dijo delineando sus labios.

—Que bueno que dormiste mi precioso Minie, porque hoy no lo harás.

Yoongi lo acostó sobre el sofá, abrió los botones de la camisa y comenzó a besar su clavícula y su hombro, perdido en su dulce sabor. Sus manos lo dejaron desnudo en cuestión de minutos, mientras su boca extasiada consumía sus gruesos labios como un elixir de deseo.

Lights, camera and secret love! (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora