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"La piel tersa del melocotón se diluyó jugosa en mi boca y supo a cielo y gloria; supo a preciosos labios de carmín y mariposas... Supo a un chico, uno con mirada de miel y bello ocaso, uno que sólo quiero entre mis brazos"


Jimin se separó del cuello de Yoongi, su rostro sonrojado lo observó con una mezcla de temor e inseguridad.

- Jiminie, no miento; sabes a melocotón- susurró viéndolo a los ojos con intensidad,
- Llámame loco, pero no quiero alejarme de ti, de lo dulce que fue besarte. Quisiera no saber nada del mundo, sólo tú y yo...

Yoongi lo apretó a su cuerpo después de decirle aquello, se sintió fuera de cualquier límite real, de su vieja amistad, de su razonar lógico, perdiéndose en los ojos claros que le observaban. - Yo he perdido totalmente la cabeza...

Jimin tembló ante sus palabras, su corazón le amenazó con provocarle un desmayo, y quizá no se dio cuenta de aquel peligroso juego, quizá su corazón enamorado lo condujo al precipicio; o quizá siempre lo supo... No le importó en aquel instante.

-Entonces, bésame de nuevo, susurró con un poco de valor en su garganta, -Yo también así lo quiero...

Jimin siempre le había parecido apuesto a Yoongi, su madre se lo decía constantemente; sin embargo en aquellos últimos meses había dejado de verlo así; había comenzado a descubrir y perderse en su sensualidad y lo sexy que era de forma natural, en las expresiones coquetas, sus ojos claros tan únicos y sus labios gruesos y suaves que invitaban a pecar.

Su boca había sido su perdición, había despertado en él, el deseo de probarla, sus pensamientos más oscuros le dominaron; pensamientos que sólo había tenido con mujeres.

"Entonces, bésame de nuevo..."

Aquella expresión fue una orden a sus oídos, su boca se adueñó de sus perfectos labios, los cuales chupó con lujoso morbo, mordiendo con suavidad el pequeño "pico" que se formaba en el labio superior; metió su lengua, mezclando su cálida saliva, en aquel torbellino sin final.

Jimin sintió el fuego recorrer cada gota de sangre en sus venas, sus manos se aferraron al cuello de Yoongi, sosteniéndose mejor para profundizar aquel beso, tan diferente al primero; su lengua degustó con más seguridad, jugando a la guerra con la de su chico, encontrándose y enfrentándose en aquel pequeño espacio. Jimin sonrió en medio de aquel beso al escuchar un quejido, apretando el labio inferior de Min, antes de separarse de nuevo.

-Eres peligroso Park Jimin, dijo su amigo limpiando con su dedo pulgar la comisura de su tierna boca.

Jimin lo vio con sus ojos brillantes. -No sabía que podía serlo, murmuró, sonriendo de forma tímida, cerrando sus ojos en bellas medias lunas.

Yoongi tomó su mano, llevándolo a través del césped y las bellas mariposas que iluminaban su camino de ensueño; Jimin se dejó llevar por aquel lugar, sintiendo que era el mismo paraíso.

Una sonrisa cruzó sus labios, haciéndolos sentir en un universo distinto; avanzaron en silencio hasta llegar a la entrada de aquel lugar mágico, donde Jimin sintió que dejaba parte de su alma.

Y así había sido para él, aquel beso le había hecho dejar su cuerpo y volar al infinito, los delgados labios que siempre había querido probar desde que era un adolescente, le habían robado su espíritu, habían mordido su boca y había tomado su lengua como un hambriento, y en medio del hambre de ambos, aquél chico de cabellos negros, se había robado su alma.

-Te llevaré a casa, ponte mi chaqueta sobre tu sudadera, hace frío Jiminie.

Sus palabras lo sacaron de sus pensamientos; Jimin observó a Yoongi, su rostro estaba relajado, sus ojos brillantes le veían con atención y aunque no había dicho nada más después de besarlo de aquella manera, la sonrisa que subió a su mirada gatuna le dijo todo.

Lights, camera and secret love! (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora