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"Mi corazón necio se niega ante toda lógica del desastre que somos; es un masoquista que a pesar de sufrir por ti, te anhela, suplica de tus palabras y besos aunque sepa que no le pertenecen; y yo no pudiendo detenerlo, caigo rendido ante ti como un loco, que solo es cuerdo cuando estas conmigo..."

-No me asustes así, murmuró con todas sus emociones a flor de piel, -No quise golpearte...

-De cualquier forma lo merezco, mi príncipe ¿Cómo pude olvidar tus miedos?- Yoongi se sintió terrible al observar los ojos brillantes de Jimin, por las lágrimas que intentaba contener.

-Mira tu mejilla, susurró el chico rubio acercándose poco a poco, -Déjame poner algo en ella.

Jimin sacó rapidamente de su bolso un poco de crema, la aplicó con suavidad, dejando que sus lágrimas salieran sin detenerse. Lo había extrañado todos los días y le había dolido la llamada del día anterior, tenerlo frente a él solo lo hacía querer aferrarse a sus brazos y jamás irse, o no dejarlo ir.

Yoongi lo abrazó con fuerza, sintiendo la cabeza de Jimin descansar en su hombro, una mariposa azul cruzó frente a sus ojos y se posó en sus cabellos rubios.

-Perdóname Jiminie por lo de ayer; estoy haciendo muchas cosas de las que hablamos, te extrañé, me hiciste mucha falta, tus palabras, tu dulzura, tu sonrisa; incluso las mariposas que siempre llevas en tu cabello como pequeños broches...

Jimin sucumbió ante lo último, las mariposas eran lo que más amaba ver cuando su chico sonreía, había llegado a pensar que quizá estaba loco o alucinaba, pero saber que Yoongi las veía lo hacía sentir más que cuerdo, lo hacía sentir amado, aunque su chico no se lo hubiese dicho aún.

Levantó su rostro del hombro de su chico y lo vio a los ojos, oscuros y pequeños, con el brillo nuevo que solía acompañarlo, la mirada que solía atravesar su alma.

Se acercó a Yoongi y besó sus labios con lentitud, muriendo en ellos, dejando su tristeza por un lado; como un náufrago que encuentra un navío, como si viese un oasis en el ardiente desierto; un fuego voraz los incendió en una lucha constante de lenguas que invadieron sus bocas, deleitándose en su sabor y calidez; roces y pequeñas mordidas que los hicieron sonreír entre sus besos ansiosos, después de tantos días de no verse.

-¿Te sientes mejor? Susurró señalando su mejilla.

-No es nada, dulzura, ¿Mi mejilla? ¿Qué le pasó? dijo riendo con suavidad, mostrando sus encías.

Jimin rió también, -¿Quieres tomar un café? la empresa es demasiado grande, nadie nos acosará aquí.

-¿No nos iremos? Preguntó Yoongi caminando detrás de Jimin, asombrado al ver por dentro las enormes instalaciones.

-Lo lamento Yoonie, debo reunirme con Seokjin a tramitar algunos documentos- mintió con pesar.
-Esta semana tengo mi agenda llena por ser escenas finales, no creo que podamos vernos; incluso mi pequeño bebé ha estado yendo y viniendo conmigo.

Yoongi lo detuvo del brazo, -¿Por qué no me das a mi hijo para que yo lo cuide? Dijo con seriedad, -No es sólo tuyo.

Ambos rieron, -Te iba a mandar a mi abogado, porque no me has pagado ninguna mensualidad y porque no has venido a verlo.

Una chica se acercó con una maleta y el pequeño gato naranja en sus brazos, -Señor Park, Min se ha dormido después de comer, se ha sentido más contento con todo el grupo.

-Me alegro mucho por él, se sentía muy solo, sufrió de abandono hace unas semanas...

El comentario sarcástico de Jimin y la forma en la que le habían llamado al gato hizo reír a Yoongi, tomó la maleta y extendió sus brazos para tomarlo.

Lights, camera and secret love! (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora