Lights, camera and secret love! (Yoonmin)

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Quiero que seas el sol de mi despertar, quiero morir en ti cada anochecer, quiero ser las estrellas que veas al suspirar, cuando en mis brazos te agites, cuando en mi pecho tú duermas, cuando en mi piel tú termines cansado de tanto amar...

—¿Estás seguro que ya no nos sigue nadie? Preguntó Jimin, parando bajo el enorme roble en la silenciosa oscuridad, empezando a sentir pequeñas gotas sobre su cabeza.

—Los hemos perdido o Jin los mandó a descansar, Yoongi dijo refiriéndose a los guardaespaldas que se habían alarmado al verlos correr sin dirección alguna, riendo a carcajadas mientras intentaba controlar su respiración, observando a Jimin que incluso se había quitado la chaqueta mientras corría.

—Eres tan travieso Park Jimin, incluso me obligaste a esconderme contigo en el callejón...

Jimin se acercó coqueto, lo tomó de la solapa para morder sus finos labios, alejándose. —¿Y qué hiciste tú en la oscuridad? Susurró con deseo, —Tus manos inquietas casi nos delatan.

—¿Mis manos dices? Esa boquita que amo, no dudó en gemir en la oscuridad.

—¿En serio? Dijo Jimin, deslizando sus manos bajo el saco de su novio, haciéndolo jadear.

La pequeña brisa que había comenzado a caer amenazó convirtiéndose en una torrencial lluvia de verano que no dejó tiempo para irse a ninguna parte,
—Hace poco habían estrellas, ¡Mira ahora! Dijo Jimin viendo al cielo, empapado por completo.

Yoongi se acercó tomando su mano, apretándose a su cuerpo mojado, sus dedos hicieron a un lado su cabello que escurría en su frente, besando sus pomposos labios con ardor, metiendo su lengua sintiendo la calidez de su saliva y la fría lluvia mezclada entre sus bocas.

—Mi única estrella aquí eres tú, dijo llevándolo con él a un lugar que había adquirido hacía poco.

—¿A dónde vamos? Preguntó Jimin entre besos que les impedían avanzar al detenerse a cada instante a saciarse del sabor de sus labios, mordiendo con ganas incluso su mandíbula y su oreja.

—Al cielo, ahí iremos, dijo lleno de deseo, caminando hacia la puerta de una pequeña casa de campo que se hallaba perdida entre los árboles cercanos al hermoso roble.

Jimin se rió como un dulce gorjeo de preciosas aves, su cuerpo se elevó del suelo y giró en los fuertes brazos de su novio, quien lo vio con la más lujuriosa mirada llena de amor.

Yoongi mordió sus clavículas sin bajarlo de sus brazos, sintiendo las piernas de su amor enredarse en su cintura para sostenerse. 

Jimin lanzó su camisa lejos, sus manos se sostuvieron del cuello de su hombre, arqueandose un poco hacia atrás cuando sintió su boca degustar su pecho.

La calidez de su lengua lo calentó después de la fría lluvia, y las suaves mordidas en sus pezones provocaron sus gemidos nuevamente.
—¡Eres mío por completo Minie! Eres mi amor y mi deseo, el dueño de mi alma y de mi cuerpo...

—Mi novio hermoso, suspiró Jimin al caer suavemente sobre la cama, —Ahora puedo decirte que te amo mientras me haces tuyo, cada gemido que sale de mi es para ti, sólo tu nombre ha salido de mi boca cuando me lleno de placer...

—Dijimos una vez que yo te "follaría" en diferentes lugares, no quiero eso, dijo Yoongi besando su rostro. —Yo quiero hacer el amor contigo, no importa donde, porque tú ya me haces tuyo sólo con perderme en tus preciosos ojos Jiminie...

Jimin besó sus mejillas, —Siempre soñé estar contigo, jamás mis fantasías fueron tan hermosas como la realidad de este amor—, susurró a su oído, sentándose con su dulce chico entre sus piernas mientras sus manos quitaron el saco y la camisa negra que llevaba, dejando a la vista su pálido y bien trabajado cuerpo.