Rosas y frialdad.

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Busco en todos los locales el ramo de rosas rojas más perfecto, he caminado como un loco hasta que me detengo cuando un local logra llamar mi atención, una señora mayor me observa y le sonrió le ofrezco la sonrisa más cálida que tengo.

-¿Buscas algo jovencito?— Dice la mujer mayor mientras alisa su mandil

-Un ramo de rosas— Me quedo pensativo—Las más rojas y perfectas que tenga

-Es para alguien especial ¿Cierto?— Yo asiento, me ofrece una sonrisa cálida que deja ver sus arrugas,  toma su bastón y desaparece para entrar en una pequeña puerta, tarda unos minutos hasta que sale con el ramo más perfecto de rosas se ven demasiado frescas con un tallo largo.

-Son perfectas— Cuando voy para tomarlas ella me detiene, yo pensando mal saco mi billetera y saco un fajo de billetes venga que eso para mi no es problema.

-No joven, no es porque no me las has pagado— Dice observando el fajo de billetes que le estoy entregando

-¿Entonces?— Digo confundido

-Sólo quería explicarte, estás son rosas de mi rosal personal las acabo de cortar, sólo espero que ella sea muy especial y las merezca— Me deja pensativo, yo asiento ella me entrega el ramo perfecto de rosas yo le entregó el dinero

-Iré por tu cambio— Dice con su voz dulce, yo niego con la cabeza mientras saco un par de billetes más.

-Conservelo todo— Digo con seguridad además ella me ha brindado algo personal es lo menos que puedo hacer, ella abre los ojos al ver los billetes que le extiendo

-Es demasiado no puedo aceptarlo— Dice con voz nerviosa

-He dicho que lo conserve — Le sonrió y me despido voy hasta mi auto pensando en lo que me ha dicho la señora  ¿Es ella especial? Estoy seguro de que así es, observo la sorpresa que tengo en el asiento del copiloto y sonrió satisfecho.

Me estaciono fuera de su casa y recuerdo que tengo llaves busco en mis bolsillos, abro la puerta sigilosamente haciendo el menor ruido que pueda, llevó el ramo de flores en la mano y subo las escaleras poco a poco con una sonrisa,  pero mi ceño se va frunciendo cuando escucho ruido, mi corazón está acelerado ¿que carajos es ese ruido? se hace más claro cuando llegó a la habitación del fondo, muevo la manija de la puerta y no puedo evitarlo el ramo de flores cae desplomado en el piso, todos mis sentidos se han esfumado el ruido que hace el ramo en el suelo hace que ellos se den cuenta de mi presencia

-¡Que carajos!— Digo observando la escena  y siento una furia recorrer mi cuerpo

-¡Abraham!— Dice ella con sus ojos espantados, yo observo maldita sea es Carlos que intenta cubrir su desnudez

-Hijo de puta— Digo Carlos era mi mejor amigo, pero no puedo me abalanzó y comienzo a golpearlo, él sólo recibe los golpes pero mis puñeteras lágrimas se asoman en mis ojos, no planeó llorar  por unos que no valen ni la mierda

-Abraham— Ella me toma del hombro y me hace estremecer— Abraham esta inconsciente— Yo volteo a verla y retrocede, me alzó las mangas de mi camisa, camino furioso recojo las rosas del suelo me acerco y se las entregó furioso

-Disfrutalas — Digo con la poca voz que me queda apesar del impacto que siento logro articular las palabras

-Abraham espera no te vayas— Volteó y río fríamente viendo cómo me mira con cara de arrepentimiento

-Siempre he sido un caballero— Pienso indeciso en qué decir a la mujer que me acaba de traicionar con él que se supone era mi mejor amigo — Pero has sido una traicionera por no decir una cualquiera,  así que vete al carajo— Digo caminando furioso mientras escucho de fondo su voz, cierro la puerta de su casa y al llegar a mi auto golpeó el vidrio  estrellándolo, sólo veo la sangre combinada con vidrio y las puñeteras lágrimas salen por mi rostro, subo a mi auto y arrancó siento una sensación extraña ¿porque siento que deje de ser él mismo? siento como si todo se helará dentro de mi, eso me pasa por estúpido y bajar la guardia ante el amor, pero prometo no volver a caer en esto.

-Señor, señor— Muevo la cabeza para sacarme de mis horribles recuerdos

-¿Qué pasa?— Digo serio y con mi constante ceño fruncido, Santiago retrocede un poco

-Su hermano Tony quiere saber si puede pasar— Dice con una voz muy poca segura le lanzó mi mirada furiosa

-Sabes que eso no se pregunta— Digo enfadado

-Lo siento señor— Dice y sale despavorido, yo observo la inmensa ciudad que está ante mi vista a través de los grandes ventanales

-Tú siempre derramando tu encanto —Una sonrisa aparece en mi rostro volteo y ahí está mi hermano me levanto de mi silla y apresuro el paso para abrazarlo

-¿Porque dices eso?— Digo tomando mi asiento

-Pobre Santi joder, él tío sale con una cara pálida cada que sale de tu despacho— Dice sonriendo yo doy un suspiro

-Vale he entendido el punto— Digo serio pero él me observa con el ceño fruncido y se a que ha venido hablar

-No lo digas— Digo alzando mi dedo

-Es que ha eso he venido— Bufo se exactamente a que ha venido y no es algo que quiera escuchar ya vamos a empezar con toda esa mierda.

Una nueva forma de amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora