(Todo texto escrito en cursiva son flashbacks o sueños)Sus ojos se conectaban de una manera intensa, sus cabellos se pegaban a sus frentes sudadas, sus cuerpos se movían de la manera adecuada y no oían nada más que sus gemidos roncos, casi al unísono. No les importaba la lluvia fuera de ese departamento, lo único fundamental eran ellos y el gran placer que lograban entregarse mutuamente.
El menor de aquellos, de cabello castaño claro, creía que pronto explotaría ante tanta excitación, mientras que el mayor mordía suavemente la piel del cuello ajeno, dejando algunas marcas enrojecidas en su tersa piel.
Na Jaemin siempre había soñado con estos momentos, en cómo sus cuerpos se podrían fundir y ser completamente del otro. El mayor tomó con su diestra el erecto miembro del castaño, masturbándole a un ritmo parecido al de sus estocada, escuchando atentamente como Jaemin gemía su nombre entrecortado, con su respiración agitada, era un placer visual ver como echaba su cabeza hacia atrás y mordía su propio labio inferior. En cosa de segundos el más pequeño sintió como expulsaba toda su semilla entre la mano de su amado y su abdomen, y cuando la tempestad fuera de la habitación hacía rugir un trueno, el mayor de ambos terminaba dentro de él en una fuerte estocada.
El pequeño pelinegro, nervioso ante las miradas de sus iguales, entró al que sería su nuevo salón de clases. Fue transferido desde la ciudad de Busan a Seúl, capital de Corea del Sur. Era una nueva vida, un nuevo comienzo y para un niño, de tan solo 7 años de edad, era aún más difícil adaptarse a la gran capital.
La maestra, quien parecía de unos 26 o 27 años, le sonrió suave, ubicándose tras él y posando sus delicadas manos en sus hombros para darle ánimos. Jaemin mantenía la mirada baja y sus mejillas de un suave rojo carmín, todo en él pedía a gritos que no lo miraran.
— Niños, atención.— La voz dulce de la mujer se hizo notar frente a los pequeños.— Quiero presentarles a su nuevo compañero de clases. Todos sabemos lo complicado que es llegar a segundo año sin conocer a nadie, así que sean amables y denle una cálida bienvenida, ¿Si? — La maestra se agachó hasta quedar a la altura de aquel chiquillo nervioso y le miró con alegría.— Pequeño ¿Puedes contarnos un poco sobre ti? — El pelinegro asintió, tragando un poco de saliva.
— H-hola a todos.— Volvió su mirada ante sus nuevos compañeritos.— S-soy Na Jaemin, tengo 7 años. Vengo desde Busan con mi madre, nos mudamos aquí por su trabajo.— Realizó una venia bastante recta.— Espero ser un buen aporte para la clase y no molestar a nadie.
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ᴄʀᴀꜱʜ ᴏɴ ʏᴏᴜ [ ɴᴏᴍɪɴ ]
Fiksi PenggemarSi, el miedo me ha atacado incansablemente y ese momento en específico es uno de los que me arrepentiré todos los días de mi miserable realidad, porque lo que más temí que pasara, ahora se está materializando. Perderé a mi alma gemela y el único cul...