Si, el miedo me ha atacado incansablemente y ese momento en específico es uno de los que me arrepentiré todos los días de mi miserable realidad, porque lo que más temí que pasara, ahora se está materializando.
Perderé a mi alma gemela y el único cul...
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¿Por dónde comienzo? Quizás debería presentarme y explicarles un poco de mi vida, ¿No?
Bien, soy Huáng Rén Jùn, tengo 23 años, nacido en China y estudiante de último año de Arte y Diseño creativo en la Universidad Kyung Hee de Seúl, Corea del sur. No tengo mascotas, ni quiero tenerlas, soy más bien un chico solitario, creo que mi único amigo es ChenLe, es un chiquillo revoltoso pero me gusta su compañía y además cocina bien, no podría pedir nada más.
Debo decir que nunca encajé en los estándares de mi familia, eran y siguen siendo demasiado conservadores. Jamás se sintieron orgullosos de mí y la verdad es que poco les importaba lo que hiciera con mi vida, ya que, en palabras de mi padre, yo era un bueno para nada.
Mis padres son abogados, por lo que pasaban la mayor parte del tiempo en el despacho que compartían como sociedad. Ellos son excelentes en su trabajo, reconocidos en toda China, incluso mi hermano mayor, de casi 9 años, siguió sus pasos y se convirtió en uno de sus mejores socios, y aunque era extraordinario ante los ojos de todos, nunca fue una buena persona, más bien, yo lo definiría como mi demonio personal.
Nunca destaqué en nada que les importara, por lo que solía ser recriminado en casa, mis notas no eran sobresalientes, no estuve en equipos deportivos y tampoco me interesaba figurar porque siempre fui motivo de burlas. Gracias a eso, Tao, mi hermano, solía golpearme en casa por ser un inútil o eso era lo que él decía, pero supongo que se sentía avergonzado de tener un hermano tan diferente a él.
Jamás quise causar problemas en mi familia, solo quería ser como el común de chicos de mi edad pero la presión que tenía en la escuela siempre era grande, tenían altas expectativas solo por provenir de la familia Huáng. Pero yo era un introvertido en un mundo lleno de maldad, lo que me hizo conocer el límite de mi propia paciencia desde muy temprana edad.
Nadie se preocupó de mí, cuando llegaba lleno de moretones a casa solo ganaba regaños desiguales, castigos o incluso más golpes de los que ya habían recibido en clases, y yo solo podía sufrir en silencio, llorando en mi habitación hasta cansarme. Mi única escapatoria siempre fue la música, aunque no lo crean, soy un excelente pianista... Si, igual que el odioso de Na Jaemin, pero a diferencia de él, yo no pude seguir perfeccionandome, por más premios y reconocimientos que haya ganado a nadie le interesaba que fuera un pianista casi prodigio, porque con la música no se gana prestigio dentro de la abogacía, mi familia solo estaba interesada en que tuviera las mejores calificaciones y que fuera alguien respetable.
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