XIV. Iris

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Golpeó la puerta tres veces seguidas, visiblemente enojado, y podría haber tocado mucho más porque estaba desesperado, necesitaba que esto funcionara pero no tenía mucho tiempo para concretar su plan

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Golpeó la puerta tres veces seguidas, visiblemente enojado, y podría haber tocado mucho más porque estaba desesperado, necesitaba que esto funcionara pero no tenía mucho tiempo para concretar su plan. El alto abrió y él entró como loco, buscando por todas partes a la persona que necesitaba.

— ¿Dónde está?
— Hola, Jun. Estoy bien, gracias por preguntar.— Odiaba el sarcasmo, en específico el del mayor, pero lo aguantó solo porque esto era urgente.
— Si, si, como digas.— Sus ojos seguían mirando todo el apartamento, esperando la más insignificante señal de que aquél no estaba solo.— ¿Dónde demonios está, Jaehyun?
— J, no me comentaste que tendríamos una visita.— Su voz resonó en su cabeza y giró rápidamente para verlo.— Un gusto, soy Kim Doyoung.

Era ligeramente más alto que el menor, cabellos azabaches, un traje perfectamente negro hecho a su medida, sus dedos llenos de anillos brillantes y una pequeña cadena de plata adornaba su cuello. Era imponente, meticuloso, un perfeccionista nato por donde le miraras.

— Él es RenJun.— La voz de Jaehyun era, más bien, de resignación.
— ¿Es el chico de quien siempre me hablas? No puedo creerlo, es un placer conocerte al fin.— Se acercó al castaño con una ceja alzada.— De haber sabido que vendrías a jugar con mi querido Jung, ya me hubiera ido.— Le guiñó un ojo y golpeó el brazo de su amigo con un codazo.
— De hecho,— El menor le miró firme mientras tomaba asiento en el sofá de terciopelo.— vengo a hablar contigo.— Lo invitó a sentarse frente a él sin tomar en cuenta a Jaehyun.
— ¿De qué hablarías con alguien como yo? Mira, dulzura, no creo que seas del tipo de personas con las que me rodeo.
— Necesito a tus hombres, Doyoung.
— ¿Qué tipo de hombres? Si es un abogado, ya tienes al mío frente a ti.

RenJun ya estaba perdiendo la paciencia, se abalanzó sobre el mayor y le tomó por el cuello de su camisa, con su vista nublada de enojo. Jaehyun rodó los ojos y se acercó, quitando las manos del menor del pelinegro.

— Kim, él ya sabe todo sobre ti.— El aludido arregló su chaqueta y le miró curioso.
— Siempre tan descuidado, abogado Jung.
— RenJun es de mi completa confianza.— Doyoung volvió a mirar al menor, con el ceño fruncido.
— ¿Con que quieres hacer negocios? Bueno...

Sacó un cigarrillo y lo encendió, calando profundo antes de lanzar el espeso humo directamente a la cara del más bajito. Renjun asintió antes de toser un poco y dispersar la nube con su mano. Aclaró su garganta y del bolsillo de su chaqueta sacó una hoja impresa con fotografías del platinado, deslizándola sobre la mesa de centro para dársela al mayor.

— Ese es el objetivo, su nombre es Na Jaemin. Que sea una advertencia, necesito que sienta terror y que se aleje de una vez por todas de Jeno.
— Entiendo, pero ¿Qué es lo que ganaré yo con esto? Sabes que todo tiene un precio y el mío no es exactamente barato.— El castaño soltó una carcajada irónica, negando con la cabeza mientras se acomodaba mejor en su lugar.
— ¿Tú? Ay Doyoung, por favor. Sé que le debes muchos favores a Jaehyun, así que ahora le deberás uno menos.— El mayor sonrió ladino
— Jae, nunca me dijiste que tu chico tuviera tantos cojones como para enfrentarme asi.— Miró al más alto, riendo con gusto antes de dar una nueva calada a su tabaco.— Me gustan las personas que tienen tu coraje. Ahora, siguiendo con lo nuestro, ¿Qué pasa si alguien interfiere? Mis hombres hacen un trabajo impecable pero nada me asegura que tu rival esté solo.
— No me importa lo que hagan, solo quiero que el estúpido de Na Jaemin me pague todo de una vez por todas.— El pelinegro estiró su mano, siendo estrechada por la diestra del menor.
— Tenemos un trato, RenJun. Solo falta que firmemos un contrato y seremos socios. ¿Cuándo necesitas que se realice el trabajo?
— Esta misma noche.

ᴄʀᴀꜱʜ ᴏɴ ʏᴏᴜ [ ɴᴏᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora