XV. All I ask

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Tenía una sonrisa brillante que daba escalofríos

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Tenía una sonrisa brillante que daba escalofríos. El castaño lo miró desde que ingresó a su oficina y se preguntaba para sus adentros en qué demonios había pensado cuando contrató sus servicios. 

— Entonces, ¿Qué te trae por aquí, Hwang RenJun? Creo que mis hombres hicieron un trabajo estupendo ayer por la noche.
— Un trabajo estupendo...— Repitió pensativo.— No, no lo creo, Doyoung.
— Mira, ellos son los mejores, dudo que hayan cometido errores.
— Pues lo hicieron, él no era parte del acuerdo.

Doyoung lo escuchó atento, negando con su rostro sin dejar de sonreír. Sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña grabadora que siempre lleva consigo y la adelantó un par de segundos.

"— ¿Qué pasa si alguien interfiere? Mis hombres hacen un trabajo impecable pero nada me asegura que tu rival esté solo.
— No me importa lo que hagan, solo quiero que el estúpido de Na Jaemin me pague todo de una vez por todas."

— ¿Lo escuchaste, Hwang? Fuiste tú quien dijo que no importaba lo que hicieran, ¿No? — Sacó, de entre sus papeles, un contrato con la firma del castaño.— Y esto, dulzura, reafirma lo que digo.
— Sé todo sobre ti, Kim Doyoung.— Le miró desafiante, levantándose de su lugar.— Podría ir a la policía y contarles todos tus secretos, como haces tus lavados de dinero, los impuestos que evades y sobre esos trabajitos ilegales en los que estás metido.— El mayor soltó una carcajada fuerte antes de morder su labio inferior.
— Ay pequeño RenJun, entiende que soy intocable. Jaehyun de seguro te lo ha dicho.— Apoyó sus codos sobre el escritorio, entrelazando sus manos.— Cada escena del crimen es borrada, las cámaras de seguridad son alteradas por informáticos expertos, y de otros lugares se encarga la limpieza, quienes no dejan ni siquiera una mancha de sangre. No encontrarás ningún pago a mi nombre, nunca ensucio mis manos de no ser necesario y mis abogados se encargan de redactar contratos muy bien formulados en los que la única persona que gana soy yo. Además,— se levantó de su sitio, plantándose frente al menor y apretando su mejilla izquierda con una mano.— si yo caigo, tú caes conmigo.— Soltó su rostro y susurró en su oído.— Jaque mate, tesoro.

El menor desvío su mirada, soltando un bufido, dando a entender de que había perdido esa batalla. Apretó sus puños a ambos lados de su cuerpo, haciendo que la rabia desapareciera.

— Escucha, si alguien se mete con mis hombres, también resultará lastimado. Yukhei sólo defendió a uno de los suyos, ¿Entendido?
— No vuelvas a meter a Jeno en esto.
— Les pediré que tengan más cuidado si hay una próxima vez.
— Bien.

RenJun se giró sobre sus talones y salió de la oficina, dando un fuerte portazo tras de sí. Ese tipo era insufrible, maldecía el día en que supo de la existencia de Kim Doyoung. Jaehyun se lo había advertido muchas veces, él no era de fiar, era extremadamente calculador y manipulador, nadie tenía pruebas de nada, a excepción del abogado, pero jamás hablaría en su contra porque estaba bajo constantes amenazas del pelinegro, así que solo acataba sus órdenes y le sacaba de todos sus embrollos.

ᴄʀᴀꜱʜ ᴏɴ ʏᴏᴜ [ ɴᴏᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora