XII. Killer

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Yo puedo perdonar todo lo que me hiciste y dejar a Jaemin tranquilo, olvidarnos de lo que sucedió y volver a ser la pareja que éramos antes de él

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Yo puedo perdonar todo lo que me hiciste y dejar a Jaemin tranquilo, olvidarnos de lo que sucedió y volver a ser la pareja que éramos antes de él.  

Antes de él.

La verdad es que nunca hubo nada antes de Jaemin porque siempre fue él quien ocupó su corazón. Golpeó el volante del coche con lágrimas en sus ojos, estaba frustrado, asustado. RenJun estaba cegado en la toxicidad de esa relación y Jeno no quería involucrar más a su amigo. Esa tarde no pudo seguir con sus trabajos, sólo pasaba por su mente las palabras de aquellos chicos que le tenían dividido, ¿Perder a Nana para salvarlo de cualquier cosa? No, era perderlo para salvarlo de él mismo, de sus traumas, de sus malas jugadas, era salvarlo de los calvarios de su propia vida y dejar que fuera feliz alguna vez en su mísera existencia, y por más que le doliera, esa felicidad no estaba a su lado.

Abrió la puerta de su casa y el olor a comida inundó sus fosas nasales, mientras la figura delgada de su madre salía a recibirle al pasillo.

— Cariño, llegaste temprano.— Secó sus manos en su delantal y le sonrió.— Tu hermano dijo que vendría para la cena, así que pensé en cocinar pastas, sé que son tus favoritas.— No habló. Tuvo la impetuosa necesidad de acercarse casi corriendo a abrazar a su madre y poder llorar en su pecho como cuando era niño. En sus brazos se sentía seguro, ella nunca le criticó por algo, el simple hecho de que fuera su hijo le bastaba. Pasó sus pequeñas manos por su espalda, llevándolo hasta el sofá para poder contenerlo mejor, acunándolo para seguir acariciándolo.— Jen, querido, ¿Qué pasa? No me preocupes así, por favor.— No dijo nada más hasta que el llanto del pelinegro se convirtió en ligeros sollozos.
— Lo siento mamá, no quería que te asustaras.
— Soy tu madre, Lee Jeno. Siempre me asustaré.— Ambos rieron despacio, mientras la mayor secaba las mejillas de su hijo.— ¿Pasó algo con tu novio? — Jeno soltó un suspiro, asintiendo.
— La verdad es que es algo más complicado...

Ya ni siquiera sabía si era correcto contarle a ella todo lo que estaba pasando, pero aún así lo hizo, sin pensarlo mucho. No sabía del todo si ella podría ayudarle en algo, pero hablar con su madre siempre le calmaba el alma. Sus palabras salían como una cascada, a ratos la mujer debía preguntar algunas cosas para que Jeno pudiera explicarle de la mejor manera todo lo sucedido. Pero allí estaba, siendo aún más vulnerable con ella, revelando sus angustias y sus mayores miedos, dando a conocer esa parte de él que cada vez estaba detestando más y más.

— Cariño.— La mayor acarició sus cabellos con cuidado y habló suave.— Ese chico no te hace bien, y entiendo que te sientas mal por lo que le hiciste, eso no tiene justificación alguna, pero él es un peligro, te está manipulando, se divierte hiriendo a la gente y te está destruyendo por sus celos enfermizos.— La castaña estaba segura de lo que haría.— Hablaré con tu hermano.
— No, por favor... No quiero involucrar a más personas.
— Jeno, él sabrá como ayudar. Buscaremos terapias y, de alguna forma, vas a salir de esto, pero Taeyong es el único que sabrá que hacer.

ᴄʀᴀꜱʜ ᴏɴ ʏᴏᴜ [ ɴᴏᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora