IV. Only one

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Llevaba sus propias manos entrelazadas sobre su regazo, jugueteando con sus pulgares para tratar de calmar un poco la ansiedad que le causaba estar dentro de un automóvil

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Llevaba sus propias manos entrelazadas sobre su regazo, jugueteando con sus pulgares para tratar de calmar un poco la ansiedad que le causaba estar dentro de un automóvil. Jeno no dudó ni un segundo en ir a buscarlo tan pronto supo de su alta médica. Si bien iba en el asiento trasero junto a su madre, sentía que todo giraba a su alrededor, su cabeza punzaba, incluso tenía un poco de náuseas, un claro signo de claustrofobia. Además su mente le jugaba malas pasadas, pues cada vez que el rubio pasaba un semáforo, algo en su interior se retorcía, haciéndolo respirar entrecortado. Pasó dos malditas semanas en esa habitación, anhelando las visitas diarias de Jeno, que eran lo único bueno en su día, implorando que hablara de viejas historias que le dieran un nuevo recuerdo. Había días en los que creyó haber visto un par de veces a Taeyong tras la puerta, mirándole de reojo y escondiéndose con culpa, lo que le hacía sentir mucho peor. Sus piernas se movían inconscientemente y mordía su inferior mientras miraba cada detalle del coche para evitar observar las calles atestadas de automóviles.

— Jeno, ¿Tienes novio? — ¿Por qué lo preguntas, Nana? — El mayor que apenas se había sentado a su lado, quedó algo extrañado, pues creía que no recordaba suficientes cosas aún

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Jeno, ¿Tienes novio?
¿Por qué lo preguntas, Nana? — El mayor que apenas se había sentado a su lado, quedó algo extrañado, pues creía que no recordaba suficientes cosas aún.— Acaso tu...
No, no...— Negó con su cabeza con una mueca torpe antes de volver a hablar.— Ayer te llamé y él respondió.— Su semblante era cabizbajo, un poco serio e irónico. En definitiva, se sentía como la mierda.
Espera ¿Me llamaste y RenJun contestó? Pero, ¿En qué momento pasó? No me dijo nada.
Bueno, no quería que "nada te distrajera de su noche de aniversario".— Hizo las comillas con sus dedos. Era extraño escuchar al castaño hablar de manera cínica, pero lo estaba haciendo, ¿Acaso estaba celoso?

El rubio pasó su diestra por su cara, apretando suavemente sus lagrimales, antes de dejar sus dedos sobre sus propios labios.

Junnie no tenía por qué decir aquello.— Le miró fijo, el menor sólo suspiró y volvió a negar, con un poco de tristeza.
Y-yo... Si fueras mi novio tampoco me gustaría que un chico te llame por la noche así como así.— ¿Si él fuera su novio? Estúpido, así se sentía.— C-creo que lo puedo entender, ¿No?

Jeno quedó algo extrañado por lo que había escuchado, pero no le tomó importancia.

Las historias de ese día fueron relatos sobre sus navidades juntos, la primera vez que se dieron un regalo o la sorpresa que se llevó el menor cuando la madre de su amigo había preparado su plato favorito para la cena. Todas las noches que se desvelaron jugando videojuegos luego de comer galletas hasta más no poder, las veces que Jaemin lloraba desconsolado porque su familia no estaba junto a él e incluso de los momentos en que reían a carcajadas por algún obsequio que a Jeno le disgustaba.

ᴄʀᴀꜱʜ ᴏɴ ʏᴏᴜ [ ɴᴏᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora