XX. Somewhere only we know

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— ¿Dónde demonios se metió? No contesta mis llamadas y ni siquiera dejó una puta nota

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— ¿Dónde demonios se metió? No contesta mis llamadas y ni siquiera dejó una puta nota.— Chittaphon caminaba de un lado hacía el otro de la sala, mordiendo la uña de su pulgar producto de la ansiedad.
— Ya aparecerá, cariño. Tal vez solo necesitaba salir y despejarse, ¿No lo crees? Ha pasado por mucho en estas semanas. Dale un respiro.— Taeyong trataba de calmar a su novio aunque no diera muchos resultados.
— ¿Y si pasó algo con Jeno? — El pelinegro terminó sentándose en el sofá, bajando su cabeza y tomando su nuca con ambas manos.— No debí hablar con él...

El pelirrojo se sentó a su lado y dejó pequeñas caricias en su espalda baja, repitiendo casi como un mantra que todo estaría bien, aunque el desespero del menor, que era casi como el de una madre que pierde a su hijo, le causaba algo de ternura. El mayor acunó el rostro ajeno entre sus manos, apretando sus mejillas en el proceso y haciendo que le prestara atención.

— Chittaphon… Si conozco a Jaemin, y sé mucho sobre él,— aclaró con algo de vergüenza.— solo hay una parte a la que le gusta escapar sin decir nada.— El menor hizo un puchero.
— ¿A dónde?
— A casa de su padre, en Busan.— Le soltó con cuidado, dándole un suave beso en la frente.— Lo llamaré para salir de toda duda, ¿Te parece?
— ¿Conoces a su padre?
— Desde hace algunos años.
— ¿Y no pudiste decírmelo antes? — Taeyong rió despacio, negando con su cabeza.
— Estás tan desesperado que no me dejas ni siquiera hablar, cariño.
— Pero, ¿Qué estás esperando? Llámalo ahora.

Se levantó de su lugar, con el móvil entre sus manos, buscando entre sus contactos el número del señor Na, rogando en el transcurso de que no lo haya cambiado con el paso de los años. Quería estar tranquilo y pensar que Jaemin estaba allí, porque de otra manera la situación sería más complicada. Marcó 4 veces seguidas, el tono sonaba como loco pero nadie respondía. Mordió su labio inferior por dentro y salió a la terraza del apartamento a fumar, lo que alarmó a Ten porque el mayor solo fumaba cuando estaba ansioso. Esperaron algunos minutos antes de volver a insistir, mientras Taeyong quitaba sus gafas y apretaba el puente entre sus ojos.

—¿Si?
— S-señor Na.— Se levantó apenas escuchó la voz al otro lado de la línea.— Soy Lee Taeyong, amigo de Jaemin.
Taeyong, que gusto saludarte.
— Igualmente.— Sonrió cabizbajo, mientras Ten se pegaba a su lado para escuchar lo que hablaban.— Me encantaría decir que le llamo para charlar sobre nuestras vidas pero la razón de mi llamada es por otra cosa... Quería saber si Jaemin está con usted. Ayer salió de casa sin avisarle a nadie y no hemos podido contactarlo.
Sabes que su manera de enfrentar los problemas es huyendo.— Se escuchó una pequeña risa, que le dió algo de paz.— Tranquilo, pasó la noche conmigo. Lamento no responder antes pero estábamos hablando sobre todo lo que ha sucedido últimamente... Desde que tuvieron ese accidente no he podido estar presente como me gustaría. Sabes que él es mi razón de vivir y no me perdonaría si algo más le pasara.
— Es un alivio escuchar que está bien, señor Na.
Jaem me comentó que comenzó a vivir contigo después de que el imbécil de Dong Wan lo botara de casa.

ᴄʀᴀꜱʜ ᴏɴ ʏᴏᴜ [ ɴᴏᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora