II. Tell me what to do

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Le dolía la cabeza, el ambiente olía a desinfectante y alcohol, una mezcla bastante peculiar

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Le dolía la cabeza, el ambiente olía a desinfectante y alcohol, una mezcla bastante peculiar. Despegó sus párpados y la luz blanquecina de esa pequeña sala le quemó los ojos. Levantó débilmente su brazo izquierdo para tratar de taparla y lograr acostumbrar su vista ante el brillo que desplegaban los focos del lugar, intentando hacer memoria sobre lo que había pasado para estar en un sitio como ese.

La cabeza de su hermano descansaba tranquilamente apoyado en la camilla y cerca de su abdomen, tenía sus manos bajo el mentón y se podían apreciar algunas ojeras muy marcadas que se escondían sutilmente bajo su largo flequillo rubio. Taeyong, algo más compuesto que antes, delineó las facciones ajenas con los dígitos de su diestra, haciendo que Jeno despertara, sintiéndose somnoliento en el proceso.

Notó sobre sus brazos tatuados dos agujas insertadas en sus venas y algunos hematomas en los mismos debido al accidente... Bien, estaba en el hospital debido a un choque que él provocó. Respiró profundo mientras las imágenes venían a su cabeza pero la voz de su hermanito le sacó del trance en el que estaba.

— Maldición, Ty. Me diste un gran susto...— Maldijo para sus adentro, pero verle despierto, después de días en coma, le hizo relajarse un poco.
—J-jen...— La grave voz del mayor era débil y su boca estaba algo seca.— ¿D-dónde está Nana? — El semblante del rubio pasó de alegría a uno más serio. Creía que estaba dispuesto a reprocharle todo lo sucedido pero no lo dejo hablar.— Solo quiero saber si esta bien, por favor.
— ¿Me vas a decir qué mierda hacías con él, Lee Taeyong? — Definitivamente odiaba que el menor le nombrara por su nombre completo, porque era la señal para determinar que tan furioso estaba. Chasqueó su lengua antes de tragar un poco de saliva y aliviar la sequedad de sus labios.
— Jeno, si no te dije nada antes es porque no quería que ustedes tuvieran problemas...
— Eso solo quiere decir que tienen una relación, ¿No es así?

El mayor le miró sorprendido por unos segundos, pestañeando algunas veces antes de poder asentir mientras algunas lágrimas en sus ojos amenazaban con salir. Jeno apretó el puente entre sus ojos, levantándose de su sitio para caminar por la habitación.

— ¿Cuándo ibas a contarme? ¿Pensaste siquiera en hacerlo? Después de todo lo que te conté, ¿Aún así decidiste fijarte en él? — Estaba desesperado, enojado, pero sobre todo dolido. Si no hubiera sido por el mal estado en el que se encontraba su hermano mayor, no hubiera dudado un segundo en romperle la cara a puñetazos.— ¿Por qué nunca supe que sentías algo por él?
— Jeno, yo no quería que esto sucediera, sólo pasó y ya...— Suspiró pesado antes de tomar un vaso de agua de la mesita de noche a su lado y ponerle fin a la sed que sentía.— Jaemin iba algunos días a mi apartamento, ya sabes que soy su profesor.— El menor asintió.— Bueno, necesitaba de un ayudante para un estudio de psicopatologías que estoy realizando. Jaemin es tu mejor amigo y lo conozco hace tanto tiempo, sé lo inteligente que es y la verdad es que no había nadie más calificado para el puesto.— El pelinegro bajó su mirada, pasando con cuidado sus manos por su cabello.— Créeme, de todos los años que llevo conociéndolo, nunca lo vi de otra manera más que a un amigo, pero al igual que tú, él creció y se convirtió en un chico precioso. No tengo claro en qué momento mi estómago empezó a revolotear cada vez que estábamos cerca ni cuando fui capaz de comprender que mi corazón le pertenecía.

ᴄʀᴀꜱʜ ᴏɴ ʏᴏᴜ [ ɴᴏᴍɪɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora