Si, el miedo me ha atacado incansablemente y ese momento en específico es uno de los que me arrepentiré todos los días de mi miserable realidad, porque lo que más temí que pasara, ahora se está materializando.
Perderé a mi alma gemela y el único cul...
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— Doyoung, qué sorpresa verte aquí.— Le sonrió como pudo, sin entrar en el vehículo. El pelinegro ni siquiera lo miró, solo siguió calando hondo de su cigarrillo. — Entra. — ¿Sabes? No puedo ir contigo ahora, tengo que resolver unos asuntos. Supongo que viniste porque lo sabes, ¿No? — Jaehyun, no te lo estoy preguntando. Es una orden.
El castaño soltó un bufido de fastidio, bajo la atenta mirada del chofer a su lado. Ingresó en el coche y se sentó en el primer asiento, dejando un espacio entre ambos, no era una gran distancia pero parecían kilómetros. Cuando el conductor estuvo dentro, comenzaron su camino hacía quién sabe dónde. Doyoung dió una última calada profunda al tabaco y lo apagó en el cenicero que mantenía a un lado.
— Mis hombres vieron a Angela Yeung en tu departamento. — A veces me pide ayuda con algunos trabajos en la ciudad. Ella no puede viajar muy seguido y necesita que alguien de su confianza se haga cargo de sus clientes. — Eso ya lo sé, Jung.
Sus profundas orbes oscuras se clavaron en los ajenos, haciéndolo temblar. Esa era una de sus armas psicológicas más fuertes, solo mirar, detalladamente, reflejar su furia a través de sus ojos. Eso y su sonrisa de psicópata. No mueve ningún otro músculo, solo los de sus labios, que tiran de sus comisuras hacía arriba.
— Entonces,— Jaehyun se entretuvo con el paisaje de la calle.— ¿Cuál es el problema? — Eso es lo que quiero saber. ¿Por qué encierran a RenJun después de que ella fuera a verte? — Fue su ex novio quien lo denunció. — Pero ella será la abogada de Lee.— El castaño rascó su cuello, más nervioso que antes. A veces olvidaba el control que tenía su jefe.— Escucha, Jae. Eres uno de mis mejores hombres y lo sabes. Es por eso que te he cuidado por tantos años pero no me gustaría saber que esto tiene otro trasfondo. Ella sigue siendo una persona muy significativa para el asesino de mi padre, por eso la vigilo. — Créeme, Angela no sabe nada. Ni de tus negocios ni de los de Xiao Ming, solo estaba preocupada por los comportamientos raros de RenJun y tuve que contarle un poco de lo que estaba pasando sin involucrarte en ningún momento. — Por tu seguridad y la de tu familia,— Recalcó esto último con un poco más de ímpetu.— espero que así sea, Jaehyun. No soportaría que un amigo tan importante para mí, como lo eres tú, me traicionara por un capricho como lo es ese niño. Con todo esto aclarado, tenemos un trabajo que hacer. — Ojalá RenJun fuera solo un capricho…— Susurró.
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