ᴄʀᴀꜱʜ ᴏɴ ʏᴏᴜ [ ɴᴏᴍɪɴ ]

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Inhalo, exhalo. Dejo que el frío recorra mi piel mientras corro, a ratos creo que fumar está afectando un poco mis pulmones pero no me importa mucho, solo paro el ejercicio para poder tomar un poco de agua y vuelvo a correr.

Taeyong tuvo la "brillante" idea de que hacer algún deporte era una forma de liberarse de las tensiones, y lo digo entre comillas, porque odio hacer cualquier sobreesfuerzo físico pero tengo que hacer algo para despejarme. Claramente no ayuda, porque esto es lo que normalmente haría Jeno para quitarse el estrés... Irónico, ¿No?

La verdad es que en lo único en lo que puedo pensar para aclarar todos mis sentimientos es en tomar el tren con dirección a Busan, estar en la playa de Haeundae mientras observo el atardecer, visitar a mi padre y que me cuente sus antiguas historias sobre sus viajes alrededor del mundo, mientras tocamos alguna canción en el piano de cola que hay en casa.

No hablo mucho de papá, los únicos que lo conocen en persona son los hermanos Lee, incluso, mis amigos piensan que ni siquiera tengo una figura paterna, además del esposo de mamá, pero de ese señor prefiero no hablar. Na Ru Ma o Yiruma, su nombre artístico, es un gran concertista de piano, famoso en muchos países del mundo, y digamos que, por lo mismo, no compartimos tanto tiempo juntos como me hubiera gustado, pero son momentos que aún resguardo en lo más profundo de mi corazón.

2005

Me gusta cuando papá llega a casa porque todo es alegría y regalos. Hoy trajo algunos de los mejores chocolates de Bélgica, algunas artesanías en encaje y mis favoritos, los comics. Siempre que puede me trae algunos de Marvel, además de la caricatura más típica del país pero esos no los entendemos del todo porque están en otros idiomas, aunque los dibujos son muy bonitos.

Luego de comernos una caja entera de bombones y de que mis padres me mostraran sus afectuosos actos de amor, que por cierto, me dan un poco de asco, al fin papá se toma un poco de tiempo y se sienta junto a mi en el piano, por ahora solo sé que tiene teclas blancas y negras, unas cuerdas en su interior y un sonido que me encanta. Él toma mi mano derecha con suavidad, levantando mi dedo índice y lo posa sobre una de las teclas.