Este movía su boca con agilidad logrando hacer que mis piernas pierdan la fuerza, apreté el escritorio y mordí mi labio intentando ahogar mis gemidos.
Este chupo mi glande y movió su lengua en círculos en ese lugar logrando estremecer todo mi cuerpo.
Saco mi pene de su boca y se coloca a mi altura y me beso apasionadamente, mordí su labio y jale su cabello para sentir su cuerpo más cerca del mío.
No separo sus labios de los míos pero si saco su miembro de su pantalón y comenzó a masturbar nuestros penes, inconscientemente moví mi cadera para sentir su cuerpo más cerca del mío.
— Me gustas. — murmuré cuando nuestras bocas se separaron.
Me acerque a su cuello comencé a besar y morder a mi antojo mientras metía mis manos debajo de su camisa para tocar su abdomen y pezones.
Sentí mi cuerpo temblar cuando el orgasmo estuvo cerca, Minho acelero el movimiento de su mano y sin poder evitarlo su camisa y mi abdomen quedaron manchados de semen.
Mi respiración estaba acelerada al igual que la de Minho, este me miro con aquellos ojos verdes llenos de deseo y se acercó a mi cuello y lo comenzó a chupar y besar.
Se separó de mí para hacer que yo me colocara a espalda de él, apoye mis manos en mi escritorio y Minho se colocó entre mis piernas, tocaba y apretaba mi trasero mientras besaba mi espalda.
Los jadeos no dejaban de salir de boca, nuevamente estaba excitado y todo era culpa de Minho.
Baje mi mirada al cajón que tenía al lado y lo abrí, cogí el lubricante y un condón del paquete que me había regalado mi madre, creo que después de todo ese regalo no fue mala idea.
— No sabía que tenías ese tipo de cosas. — susurro el rubio en mi oído.
Este cogió el lubricante y lo comenzó a esparcir en mi entrada, me voltee evitando que metiera sus dedos en mí y cogí el condón.
Lo abrí y coloque este de inmediato en su pene duro.
— Follame. — le pedí.
Le di la espalda y este comenzó a introducir su pene en mi apretado agujero, me mordí el labio al sentir un dolor punzante pero no lo iba a detener este comenzó a moverse en mi interior.
— Estas... muy apretado. — se quejó este.
Me encanta sentir mis paredes apretar su pene, los jadeos comenzaron a escaparse de mi boca cuando Minho comenzó a tocar aquel punto que tanto me gustaba.
Sus movimientos se volvieron más bruscos y rápido lo cual me estaba comenzando a volver loco.
— Mas ¡AH! — pedí entre gemido.
Este levanto mi pierna y comenzó a penetrarme aún más profundo que antes, sentía que mis piernas ya no tenían fuerza a la vez que mi garganta ardía de tanto gemir.
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Serpiente¹ - Minsung
RomansAmor, lealtad y amistad son tres palabras que definen a Han Jisung toda su vida tenido que cambiarse de casa por el trabajo de su madre pero esta vez su destino le deparará muchas cosas y entre ella conocerá a Lee Minho, aquel chico que con sólo una...