26 - Escritorio

698 85 5
                                    

Este movía su boca con agilidad logrando hacer que mis piernas pierdan la fuerza, apreté el escritorio y mordí mi labio intentando ahogar mis gemidos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Este movía su boca con agilidad logrando hacer que mis piernas pierdan la fuerza, apreté el escritorio y mordí mi labio intentando ahogar mis gemidos.

Este chupo mi glande y movió su lengua en círculos en ese lugar logrando estremecer todo mi cuerpo.

Saco mi pene de su boca y se coloca a mi altura y me beso apasionadamente, mordí su labio y jale su cabello para sentir su cuerpo más cerca del mío.

No separo sus labios de los míos pero si saco su miembro de su pantalón y comenzó a masturbar nuestros penes, inconscientemente moví mi cadera para sentir su cuerpo más cerca del mío.

— Me gustas. — murmuré cuando nuestras bocas se separaron.

Me acerque a su cuello comencé a besar y morder a mi antojo mientras metía mis manos debajo de su camisa para tocar su abdomen y pezones.

Sentí mi cuerpo temblar cuando el orgasmo estuvo cerca, Minho acelero el movimiento de su mano y sin poder evitarlo su camisa y mi abdomen quedaron manchados de semen.

Mi respiración estaba acelerada al igual que la de Minho, este me miro con aquellos ojos verdes llenos de deseo y se acercó a mi cuello y lo comenzó a chupar y besar.

Se separó de mí para hacer que yo me colocara a espalda de él, apoye mis manos en mi escritorio y Minho se colocó entre mis piernas, tocaba y apretaba mi trasero mientras besaba mi espalda.

Los jadeos no dejaban de salir de boca, nuevamente estaba excitado y todo era culpa de Minho.

Baje mi mirada al cajón que tenía al lado y lo abrí, cogí el lubricante y un condón del paquete que me había regalado mi madre, creo que después de todo ese regalo no fue mala idea.

— No sabía que tenías ese tipo de cosas. — susurro el rubio en mi oído.

Este cogió el lubricante y lo comenzó a esparcir en mi entrada, me voltee evitando que metiera sus dedos en mí y cogí el condón.

Lo abrí y coloque este de inmediato en su pene duro.

— Follame. — le pedí.

Le di la espalda y este comenzó a introducir su pene en mi apretado agujero, me mordí el labio al sentir un dolor punzante pero no lo iba a detener este comenzó a moverse en mi interior.

— Estas... muy apretado. — se quejó este.

Me encanta sentir mis paredes apretar su pene, los jadeos comenzaron a escaparse de mi boca cuando Minho comenzó a tocar aquel punto que tanto me gustaba.

Sus movimientos se volvieron más bruscos y rápido lo cual me estaba comenzando a volver loco.

— Mas ¡AH! — pedí entre gemido.

Este levanto mi pierna y comenzó a penetrarme aún más profundo que antes, sentía que mis piernas ya no tenían fuerza a la vez que mi garganta ardía de tanto gemir.

Serpiente¹ - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora