Amor, lealtad y amistad son tres palabras que definen a Han Jisung toda su vida tenido que cambiarse de casa por el trabajo de su madre pero esta vez su destino le deparará muchas cosas y entre ella conocerá a Lee Minho, aquel chico que con sólo una...
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Miraba con frustración el examen en mi escritorio, por más que repitiera los ejercicios no me daban resultados confiables.
Mire a Félix en busca de ayuda pero el parecía peor que yo, suspire, ya me estaba comenzando a rendir cuando Minho paso a mi lado dejando un papel en mi escritorio.
En el papel estaban las respuestas, no podía creer lo que estaba viendo y sin pensarlo mucho comencé a corregir los errores que tenía en mis cálculos, resulto que había copiado las fórmulas mal.
Entregue mi examen luego de revisar que no tuviera más errores y guarde aquel papel en mi bolsillo con nerviosismo.
Salí del salón casi corriendo en busca de mi novio, cuando logré verlo en la entrada del instituto mirando algo en su celular, me acerqué de inmediato.
— Eres el mejor — exclamé con emoción.
El rubio me miró con burla a ver qué estaba saltando de felicidad, tenía ganas de besarlo pero no creo que le guste la idea.
— ¿No crees que merezco un premió? — me insinuó este mientras colocaba su mano en mi cintura para acercar mi cuerpo al suyo.
Lo alejé de inmediato cuando note varias miradas sobre nosotros, no quería que se crearán más rumores sobre él por mi culpa.
— No hagas eso, hay muchas personas aún cerca — murmuré.
La sonrisa desapareció del rostro de mi novio y sin que yo me la esperara pegó sus labios con los míos, estaba tan sorprendido por repentina acción que no le correspondí el beso al comienzo, su lengua se introdujo traviesamente en mi boca y sus manos bajaron a mi trasero.
Gemí sin poder evitarlo cuando el beso se volvió cada vez más salvaje.
— Que todos sepan que eres mío — susurró en mi oído.
Estaba más que excitado, me mordí tratando de controlar mi cuerpo.
— Antes me alejabas... cuando te abrazaba pensé que no te gustaba llamar la atención — murmuré cuando mi respiración volvió a la normalidad.
Minho acercó su rostro al mío y sin poder evitarlo mi mirada fue directo a aquellos labios que acababa de besar.
— Deja de morderte el labio y de hacer esa cara si no quieres que te folle delante de todos — me advirtió.
No pude evitarlo colocarme más rojo, ese era un Minho totalmente nuevo para mí, ya se me hace raro que no esté diciéndome que soy un fastidió.
Suspire y trate de dejar mi nerviosismo de lado, me acerqué a él lo suficiente para que él solo escuchará lo que iba a decir.
— Deberías de hablar menos y hacer más — lo provoque.
Aquellos ojos verdes se veían lujuriosos y salvajes, sonreí porque había recuperado el control.