—¿Qué haces aquí?No fue su intención sonar entrometido, Jean mejor que nadie respeta la vida de los demás y procura mantenerse al margen de las situaciones que se supone no le deben incumbir, pero por esa ocasión la curiosidad le ganó, quedándose de pie en la entrada del salón y viendo con interés al único estudiante que pese a la conclusión de las clases prevalecía en el lugar.
Armin se encogió de hombros, tampoco es que le fuese a dar una respuesta clara y concisa que pudiera deleitar los oídos de Jean —cosa de la que el susodicho era consciente—, pero en general no se mostraba manifestando alguna emoción en particular, demasiado serio y hasta cansado como para al menos pensar.
Eso fue principalmente lo que llamó la atención de Jean, las clases finalizaron quince minutos atrás y Armin se mantuvo en posición de descanso en su pupitre por demasiado rato. Volvió al aula para cerciorarse de que Armin siguiera con vida, esperó a lo sumo encontrarlo dormido pero en cambio el chico estaba con los ojos abiertos y fijos en la ventana, observando a través del cristal la cancha de fútbol donde el equipo de la escuela se encontraba entrenando.
Jean se acercó sin perder la cautela y se detuvo una vez estuvo de pie a su lado. Trató de ver lo mismo, aunque no entendía con exactitud en qué enfocarse.
—Pensé que no te gustaban los deportes —comentó Jean, buscando un tema de conversación, cual sea.
Los labios de Armin se torcieron con disgusto, un gesto cómico y hasta tierno.
—''No me gustan.'' —Indicó—. ''No los estoy viendo porque estén jugando.''
—¿Entonces? ¿Acaso te prenden los hombres sudados? —Bromeó, logrando entrever por un instante un atisbo de diversión en la mirada de Armin.
—''Que asco, los deportistas ni siquiera son mi tipo.''
Jean tuvo que pestañear un par de veces.
—¿Cómo?
El ceño de Armin se frunció, no movió sus manos pero su expresión confusa lo dijo todo, confirmándole a Jean lo que hasta ese momento nunca sospechó y que en retrospectiva no era en absoluto obvio.
¡¿Qué significaba eso?!
Debía ser un mal entendido ¿no? Quizá sólo lo estaba pensando demasiado y por eso trasgiversó el significado de la información dada por Armin, de otro modo él habría sido demasiado prejuicioso al suponer una cosa del chico que nunca fue real, o puede que se adelantó a sacar conclusiones sin ver el contexto completo como un completo idiota, en ambos casos actuando como imbécil.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntó Jean sin reparar en sus palabras—. ¿Eres...?
—''Un robot asexual''
—No me tomes del pelo.
Armin se rió sin pretenderlo, con demasiada naturalidad como para siquiera guardar una doble intensión.
—''No le veo un punto a esta conversación.''
—Sí, lo siento. —Jean se rascó la nuca nervioso—. ¿Me sobrepasé?
—''No, pero al menos si vas a preguntar procura hacerlo bien.''
—Oh ¿Puedo preguntar?
—''Ya lo estás haciendo.''
—¿Te gustan los chicos?
De nuevo Armin se rió, pero jean comprendía que la razón de ello fuese el volumen tan bajo de voz con el que habló, un susurro casi imperceptible que Armin no pudo escuchar bien.
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Voces que fabrican sueños ¦ Jearmin fic
Fiksi Penggemar¿Qué haces cuando tu mamá te obliga a entablar una amistad con el hijo de los nuevos vecinos? Si no parece todavía un reto difícil de cumplir, ¿cómo lo conseguirías si resulta que se trata de un chico sordo bastante inusual? Jean Kirstein tiene die...