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Para Armin era absurdo tener que escapar de casa para encontrarse con el chico que le rompió el corazón en un sitio alejado y solitario, pero ya que sus opciones eran quedarse en casa con sus padres o ir con Jean, decidió arriesgarse pese a todos los posibles fatídicos desenlaces donde su dignidad nunca volvería.

Mas bien, lo pensó mucho antes de salir de casa siendo que sus padres continuaban despiertos, no quería se dieran cuenta y las cosas pudieran empeorar, por suerte su padre estaba tan cansado que apenas cenó cayó rendido y su madre se encontraba tan ebria y sumida en sus propias penas que pasó de de su existencia por esa noche. La ventaja fue que dejaron las llaves a su alcance, y pudo largarse tranquilamente sabiendo que ninguno de los dos se preocuparía por ir a revisar su habitación y verle durmiendo.

La parte complicada fue irse caminando en medio de la noche tan lejos, pero las farolas de luz lo calmaron así como la cantidad de personas que a pesar de la hora seguían pululando por las calles. No resultó siendo tan riesgoso como pensó y se animó a sí mismo cuando llegó a su destino, ni tan vacío pero tampoco particularmente transitado.

Si algo captó con rapidez la atención de Armin (además de la visión de Jean con cara de lastima y chaqueta rojiza) fue el vehículo donde el chico se apoyaba. Con lo cuidadoso que es Jean, el único modo de que tome tanta libertad con un auto es porque... Ha sido él quien lo llevó hasta ahí. Pensarlo encendió su confusión, Armin cruzó los brazos a medida que caminaba en su dirección.

—¿Qué crees que haces? —preguntó Armin, arrugando la frente y nariz con disgusto—. ¿De donde coño sacaste ese auto?

Las mejillas de Jean se sonrojaron levemente.

—Hitch...

—¿Ahora también hablas con Hitch? quien lo diría, has escalado en el nivel de acoso.

—No confundas las cosas, yo sólo necesitaba alguien con quien hablar y ella se ofreció.

Chasqueó la lengua, negandose a creerle.

—¿Ah sí? pues que excusa tan mala, lo dices como si no tuvieras a Connie y Sasha, incluso como si antes no me hubieras tenido a mi para eso.

El resoplido que brotó de la boca de Jean fue fuerte y lleno de cansancio.

—No me vengas con esa mierda ahora. —Armin quedó perplejo—. No tienes ni idea de como es mi amistad con Connie y Sasha para empezar, y si tengo que hablar de ti es difícil tenerle confianza a alguien que no confía en mi.

—Ja, me pregunto porqué es que no confío en ti.

—No, no lo digo por el hecho de que no me cuentes de ti, sino de como acababas siendo grosero conmigo y ni siquiera es eso de lo que quiero hablar así que no me cambies el tema.

—¿Y de qué quieres hablar entonces?

Jean se echó a un lado, indicandole con la mano a Armin que se acercara al auto. El muchacho entrecerró los ojos confundido.

—¿Esto es un secuestro?

—Si esa fuera mi intención te habría metido en un saco apenas apareciste —respondió con naturalidad, aumentando el disgusto en Armin—. Pero no, te doy la oportunidad de subirte por tu cuenta.

La desconfianza permanecía perenne en Armin. No le cuadraba del todo tener que subirse a un vehículo con Jean y estar a solas él, pero sentía curiosidad, demasiada. Y Jean por mucho que quisiera respetar su autonomía dandole chance de escoger por su cuenta, era obvio que estaba impaciente por saber que es lo que haría a continuación.

—A ver ¿a donde piensas llevarme? —cuestionó Armin tratando de sacarle provecho a la situación, observando a Jean con burla—. ¿A una cena romantica o quizá devuelta a la capital? eso no te funcionará, ya tienes a Eren aquí.

Voces que fabrican sueños ¦ Jearmin ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora