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Desde la perspectiva de Armin las cosas habían perdido casi todo el sentido, la llegada de Eren era nada más la punta del iceberg si se detenía a pensar la cantidad de sucesos que en la última temporada le tocó atravesar y a decir verdad, muy pocas ganas tenía de lidiar con él, sin embargo para su desgracia no es como que tuviera más opción,  en el fondo el cariño hacia Eren continuaba ahí enterrado y considerando como le tocaría convivir a la fuerza con el chico lo menos que podía hacer era el intento por llevar una relación mínimamente estable, al menos hasta que Eren se diera por vencido y decidiera acabar con aquel espectáculo barato.

Quisiese Armin no ser tan pesimista y hasta melodramático en ese punto en particular, de hecho y por muy extraño que sonase él era (es) un muchacho al que le es fácil ser optimista o una fuente de esperanza para aquellos que lo estén necesitando, pero por algún motivo no tan desconocido cuando se trataba de su relación de amistad con Eren e incluso su propia percepción del presente y futuro, toda la ilusión se esfuma y su mente le vuelve incapaz de mentirse a sí mismo. Quizá es que, más que pesimista u optimista, es alguien realista y Eren es un caso perdido.

¿Qué se hace ante un caso perdido? difícil de saber cuando Armin ha estado más acostumbrado a ser él a quien todos dan por perdido en lugar de ser él quien da por perdido a alguien más. Ni siquiera es como que Eren merezca desprecio.

Mirando el cielo Armin no pudo evitar preguntarse ¿en qué momento amar a Eren se volvió tan complicado? en especial cuando se está hablando de Eren, un muchacho guapo, bien portado, alguien que siempre prioriza a los demás por encima de a sí mismo, un prototipo de chico ideal que Armin no puede negar ni por muy nula que sea su atracción por él. Toda una vida con Eren a su lado, toda una vida con Eren dandole el primer lugar en su corazón y aun así no le correspondía. Bueno, no es como que no corresponderle sea un problema, lo que en verdad podría considerarse un problema es que aún tomando en cuenta todo lo bueno que ha hecho Eren por él le seguía guardando tanto rencor.

Bésame. 

—¿Y si alguien nos ve?

—Nadie lo hará, creeme.

Torció el gesto de sólo recordar voces que hoy en día son lejanas. Para Armin recordar siempre es incómodo, el paso del tiempo no hizo su pasado más sencillo de sobrellevar en absoluto y tampoco es como si hubiese tenido oportunidad de tratar sus traumas correctamente. Sólo habían transcurrido un par de meses desde el evento que lo llevó a mudarse, estaba en su derecho si se sentía frustrado y ante todo avergonzado. 

—La próxima vez que te veamos vamos a matarte marica de mierda.

La puerta de su habitación se abrió de golpe, llevándolo a sobresaltarse y contemplar confundido a su madre. La mujer se mantuvo bajo el marco de la puerta dedicándole una mirada carente de emociones.

—¿Tienes hambre? —Preguntó, moviendo sus manos con la agilidad que le dio comunicarse en lengua de señas por tantos años. Su rostro permaneció tan inexpresivo que Armin supuso que le preguntaba por puro "protocólo" por el pensamiento de tener un hijo bajo el mismo techo.

Y eso era suficiente para hacerle perder el apetito.

Armin negó. Elizabeth extendió un suspiro lleno de cansancio, sin moverse de donde estaba.

—Estás muy flaco. Deberías comer.

—"No tengo hambre."

—¿Insinuas que no sé que es lo que necesita mi propio hijo? —le cuestionó con la voz bañada entre el dolor y la rabia—. Llevas todo el puto día aquí encerrado y tiraste el desayuno que te hice a la basura.

Voces que fabrican sueños ¦ Jearmin ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora