(Capitulo 19)

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"Hay partes de mi que solo existen mientras estoy contigo

>>~•~<<

J

Sentía algo molesto, una luz intensa molestaba a mis ojos cerrados, me giré sobre la cama para intentar apartarla cuando choqué con un cuerpo.

Abrí mis ojos perezosamente y vi a Lisa durmiendo en frente mío, se veía demasiado tranquila. Me acerqué a ella buscando su calor, me acomodé en su pecho y sentí sus brazos rodeándome con cariño.

Un beso se posó en mi frente mientras yo bostezaba.

- Buenos días - La voz rasposa de Lisa sonó en mi oreja, me estremecí al darme cuenta de lo mucho que me gustaba esta versión de ella, recién despertada y atontada por el sueño.

- Buenos días cariño - Respondí mientras me acomodaba boca arriba en la cama y me estiraba. - Me levantaré a hacer el desayuno mientras - Dije mientras me levantaba de la cómoda cama y sin nada en los pies y solo con unas bragas y una camiseta cubriéndome caminaba hacia la cocina.

Cuando decidí que íbamos a desayunar saqué una sartén cuatro huevos y una espátula, rompí los huevos los puse en la sartén y encendí el fuego. Mientras los revolvía caí en cuenta que solo nos quedaban tres días en Tailandia, tres malditos días.

Mientras sopesaba que hacer cuando volviéramos unos brazos rodearon mi cintura al mismo tiempo en el que sentía un calor corporal apoyarse en mi espalda.

- Huevos revueltos, eso se ve delicioso, pero a ti te veo pensativa, ¿Cual es el problema? - Creo que nunca me acostumbraré a el hecho de que Lisa pueda leerme tan fácilmente, pero en momentos como este lo agradecía.

Revolví los huevos durante unos segundos, ¿Cual era el problema?, en este punto habían un par que se me venían a la mente.

- Nos quedan tres días aquí y yo no sé que haremos cuando volvamos, me da pánico pensarlo porque realmente no quiero dejarte ir, no quiero alejarme de ti - Un sonido de comprensión sonó en mi espalda, ambas estábamos igual de frustradas, no teníamos opciones, de cualquier forma YG iba a salir ganando.

- Tranquila Jennie, cuando volvamos podremos tratar de hablar con el, y si al final decide obligarnos a separarnos solo porque no te alejaste primero entonces va a tener que luchar para lograrlo - Quería, les juro que quería creer en las palabras de Lisa, pero era difícil hacerlo.

Me apoyé en su pecho recargándome en ella, me sentía cansada, tres días parecía muy poco tiempo, aunque nunca existe mucho tiempo cuando se trata de algo como esto.

- Oye amor, te amo, mucho, lo sabes, ¿No? - Asentí mientras cerraba los ojos y apoyaba mis manos en las de ella. - Bien, no quiero que nunca lo olvides, prométeme que nunca lo harás, pase lo que pase.

Sus palabras, de alguna forma, lograron ponerme nerviosa, sentía que había algo más detrás de su declaración.

- Lo prometo Lili.

Me alejé de ella un poco para poder apagar el fuego de la cocina, agarré la sartén y la llevé a la mesa que ya estaba lista para desayunar. Pasamos la mañana sentadas ahí, conversando como si solo fuéramos ella y yo en el mundo. Me contó que cuando era una aprendiz del mundo de la musica había estado con una agencia en Bangkok, SM Bangkok era el nombre, me dijo que les habían enseñado todo lo necesario para poder salir adelante.

Por momentos, su cara se oscurecía de una forma que me intrigaba, algo en ella me decía que no estaba diciendo todo sobre esa agencia, pero lo dejé pasar porque la cabeza no me daba para ocuparme de eso también.

De repente, ya solo quedaba un día para volver al mundo real, un día para enfrentarnos a toda la mierda de YG, y yo no podía estar más aterrada.

Estábamos haciendo las maletas en el departamento de Bangkok, pero mis manos eran tan torpes que se me caía casi todo.

- ¡Mierda! - Exclamé cuando dejé caer un buda en mi pie sin querer, sentí los pasos de Lisa detrás de mi quien pasaba de largo para recoger el regalo que le llevaba a Jisoo, era mi bailarina favorita así que estaba claro que le llevaría algo.

- Cariño, estás muy nerviosa, intenta tranquilizarte porque solo acabarás chocando con más paredes y dejando caer más cosas - Lisa dejó el regalo encima de la cama para después girarse hacia mi y abrazarme - ¿Quieres que te ayude a hacer tu maleta?.

Apoyé mi cabeza en su pecho como venía haciendo desde hace unos días y suspiré, estaba agotada, mi mente estaba a punto de explotar por todo lo que ha estado pasando últimamente.

- Creo que si, me vendría bien un poco de ayuda, con lo intranquila y ansiosa que estoy probablemente termine rompiendo algo - Entre las dos terminamos de hacer mi maleta en tiempo record, de alguna forma tener a Lisa en mi campo de visión me tranquilizaba y reconfortaba.

Para cuando ya no teníamos nada que hacer decidimos dar un último paseo por el río Chao Phraya, mi actual río favorito.

Íbamos caminando a una distancia moderada, y aunque me encantaría haberla tomado de la mano no pude, había más gente paseando por allí y si alguien nos veía ser así de cariñosas en menos de cinco minutos seríamos la noticia del momento.

Caminamos con calma disfrutando del sonido que hacía el agua, algunas veces nos deteníamos para sacarnos fotos con la gente que se nos acercaba que agradecía que fuera poca, no quería lidiar con multitudes ahora.

- Ven Jen, ¿Quieres sentarte en esa banca de allí? - El dedo de Lisa apuntaba a un desolado asiento debajo en un árbol, muy de película si me preguntan.

Asentí y nos sentamos allí, solo sintiendo el aire en nuestros rostros he intentando relajarnos de todo el estrés que llevábamos encima.

- No tengas miedo.

Me giré a Lisa cuando ella habló de repente, con el ceño fruncido y la cabeza ladeada le pregunté a que se refería.

- No tengas miedo porque podrán quemar nuestras banderas pero nunca podrán quitarnos nuestro orgullo - Y solo con esa frase entendí a lo que se refería, nos escondíamos por miedo a la sociedad en que vivimos, porque amar a otra mujer siendo mujer es un aparente delito.

- No tengo miedo de eso Lisa, tengo miedo de que nunca más nos volvamos a ver - Susurré mientras dirigía mi mirada al río en frente de nosotras.

- Jennie, si nuestro amor es real como claramente lo es, siempre nos volveremos a reencontrar, te lo dije antes, ¿No?. Nunca llegas tarde a un amor que estaba destinado a ser tuyo, incluso si nos separáramos durante años y no nos volvemos a reencontrar hasta cuando seamos viejas, no habrás llegado tarde - Sus palabras me removían el corazón y los sentimientos, sus ojos que ahora me miraban con un brillo particular dejaban en blanco mi mente.

Y en medio de esa mezcla de emociones solo fui capaz de decir dos palabras.

- Te amo.

•Cuando Nadie Ve• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora