(Capitulo 14)

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"Tenía la ternura torpe de quien nunca ha sido amado y debe improvisar"

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J

Estábamos a un día del viaje hacia Tailandia con Lisa, recuerdo que cuando le dije (el mismo día que me botó la copa de vino) se puso muy feliz, y con su felicidad mis inquietudes sobre la duda de si le gustaría que yo fuera con ella desaparecieron.

La habitación era un caos, ropa tirada por todos lados, cajones abiertos, Lisa acostada en mi cama con mi adorable perro Kuma encima, y productos faciales y crema para el cuerpo en mi ahora desastroso baño.

- Jennie, cálmate, aun tenemos un día completo para ordenar las maletas - Me giré lentamente y con una expresión de fastidio en mi cara hacia Lisa.

Con una sola mirada ella se calló, Kuma, que estaba en su regazo acostado, se levantó, bajó de la cama y salió de la habitación.

- Nunca, nunca Lisa, me digas que me calme cuando tengo razones para estar así - Dije entre dientes mientras sentía como la frustración se apoderaba de mi cuerpo.

- Está bien, lo siento. Ven aquí - Caminé hacia ella haciendo un pequeño berrinche en el camino, estaba nerviosa, íbamos a ir a la ciudad natal de Lisa, solas, ¿Como podía estar tranquila?.

Cuando ya estuve cerca me agarró de la cintura y me sentó en sus piernas, yo rodeé su cuello con mis brazos y me apoyé en su pecho abrazándola, necesitaba un momento de calma antes de volver a la tormenta.

Sus manos comenzaron a acariciar mi espalda baja en pequeños círculos y por un momento comencé a dormitar.

- Entiendo que estés nerviosa Nini, pero aún falta un día entero, tómatelo con calma - La suave voz de Lisa solo era otro incentivo para quedarme dormida.

Y ese apodo, Nini, me encantaba, me hacía sentir tan especial que era irreal. Y como ella me puso un apodo, yo decidí ponerle uno también, Lili, ese era el apodo.

Lili y Nini, que bonito sonaba.

- Y ahora estás sonriendo de la nada, ¿Debería preocuparme? - Abrí los ojos y miré a Lisa, me reí por su rostro de preocupación al verme sonreír.

- No, solo estaba pensando en nuestros apodos, Lili y Nini, suena bonito.

- ¿Bonito? Yo diría que suena perfecto - El tono orgulloso en su voz me hizo reír.

Sus brazos me apretaron contra ella en un ataque de amor, ya saben, esos que te dan a veces y lo único que quieres es abrazar a esa persona lo más fuerte que puedas.

- Ay Lisa! Me voy a quedar sin aire tonta - Su agarre disminuyó la fuerza, sin embargo no me soltó.

Murmuró algo como un "Lo siento" antes de alejarse solo para llenarme la cara de besos. Ya no cabía más felicidad en mi corazón, por un momento pensé que iba a explotar.

- ¿Te he dicho lo mucho que te quiero? - Preguntó con voz melosa, estaba entrando en su etapa de mimos.

Fingí pensarlo por un momento antes de responder.

- Creo que no, ¿Cuanto me quieres Lili?.

- Hasta la luna de ida y de vuelta, hasta el infinito, hasta el otro extremo del mundo. Así de mucho te quiero - Sus ojos reflejaban algo que nunca antes había visto, por un momento me sentí confundida.

- Lili, eso no es querer, eso es amar - Al parecer mi declaración la sorprendió porque su boca se entreabrió y sus ojos se agrandaron.

- ¿Amar? ¿Realmente estamos hablando de amor? - No sabía si lo que estaba diciendo significaba algo bueno o malo, pero asentí. - Bueno, entonces te amo Jennie.

•Cuando Nadie Ve• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora