Lujuria (2)

28|Tienes mi corazón

28| Tienes mi corazón

|Christopher

—Ella está bien, debe pasar el día en observación y ya mañana saldrá.

Escuché a la doctora darme indicaciones sobre el cuidado que debía tener Yenica.

No sé en qué momento ella saltó al lago y a los pocos minutos estaba dando manotazos mientras su cabeza permanecía bajo el agua. Fue todo demasiado rápido, pasaron tantas cosas en esos minutos que parecía un bizarro sueño.

Primero Alex yéndose de ahí, luego mi padre deteniéndose para que no fuera tras ella, después Yenica saltando al lago y en unos segundos estaba mi hermano nadando hacía ella para sacarla.

Él me pidió que la trajera a urgencias, ya que mi auto era el que más cerca de la salida estaba y así sería rápido que ella llegara al hospital, le dije a Max que la llevara él, pero si hay algo que yo hago y mi hermano no, es que soy un completo demente en el volante.

No soy de manejar despacio, soy más de ir rápido y llegar en tiempo récord a los lugares, así que para que Yenica recibiera atención inmediata debía ser yo quien manejara.

Le dije a Max que cuidara de Alexa, y que le explicara lo que había pasado. Sé que ella debe estar enojada, lo sé, pero ¿qué podía hacer? No podía quedarme de brazos cruzados y dejar que Yenica muriera, ella no me agrada, pero no soy un psicópata como para no brindarle la ayuda que necesitaba en ese momento.

No he recibido ni una sola llamada de Alex y eso me preocupa. Ella por lo general llama o escribe rápidamente, así sea para insultarme, pero ahora no he recibido nada.

Cosa que me preocupa.

Salí del hospital y llamé a Max, quizás ella seguía enojada y no quería hablarme o tal vez está de camino hacía acá.

—¿Hermano?

—Max, que bueno que contestas.

—¿Cómo está Yenica? Ya sus amigas van hacía allá.

—Bien, debe quedarse en observación ésta noche, pero no es nada para alarmarse.

—Bien, qué susto nos dió.

—Max puedes pasarme a Alexa por favor, no me ha llamado y estoy seguro que debe estar enojada.

Esperé a que mi hermano me dijera algo, pero se quedó en completo silencio.

—¿Max? ¿Sigues ahí?

—Si, pero debo decirte algo.

Su voz no me gustó en absoluto, por mi cabeza pasaron cientos de imágenes y todas eran desastrosas.

—¿Qué pasó?

—Alexa no está.

—¿Cómo que no está?

—No sé qué pasó con ella, la busqué pero nadie la ha visto. Miré dentro de la casa y por los alrededores, pero no está.

Apreté el celular con demasiada fuerza.

—¿¡Cómo mierda no está!? Te dije que la cuidaras, ese fue nuestro trato.

—Lo sé, pero desapareció, es como si la tierra se la hubiese tragado.

—¡Maldita sea Max! —pateé un cubo de basura—¿Cómo mierda se te va a perder una persona? Sabes que Alex no puede estar sola, sabes que ella sufre ataques de pánico ¿con quien se fue? ¿dónde está? Si le pasa algo...