Lujuria (2)

08| Noche incómoda

08| Noche incómoda

|Christopher

¿Su padre? ¿Su padre es el representante del puerto con el que nos vamos a asociar?

No me lo creo, de todas las personas en el mundo tiene que ser precisamente él. Mis ojos se fueron a mi chica quien estaba pálida, ella no dejaba de ver a Yenica, pero sé que su mente está maquinando a mil por hora toda esa información.

Pero ¿cómo es que su padre llegó a tener un puesto de tan alto poder? No a cualquiera se le daba ese cargo, debía ser una persona bastante importante en aquel lugar.

—Ahí viene junto con el señor Moldovan, por favor compórtate, de esta fiesta depende si ellos se asocian o no con nosotros—Yenic se irguió y acomodó su cabello, su rostro pasó de ser una mueca de disgusto a una espantosa sonrisa.

—¿Te quieres ir?—le susurré a Alexa, ella no se veía cómoda viendo a su padre hablar con el mío.

—No, es un momento importante para ti y te acompañaré.

Ella parecía estar bien, pero podía sentir como temblaba a mi lado, no sé si de rabia, sorpresa o tristeza. Saber que su padre es un hombre bastante importante y que gana mucho dinero, pero que no se haya preocupado por ella ni por su hermano cuando estaban casi que muriendo de hambre, debe ser un golpe demasiado fuerte.

Mi padre y el suyo venían riendo de algo que el pelirrojo había dicho, ellos se quedaron frente a nosotros, primero miraron a Yenica, quien estaba delante con una de sus fingidas sonrisas.

—Christian déjame presentarte a Yenica Stewart jefe del área de encargo.

—Mucho gusto señor Matthews, es un placer para mí conocerlo—ella le tendió la mano y la apretó fuertemente.

—También quisiera presentarte a mi hijo del medio, ya conociste al mayor, éste es el que le sigue—mi padre se acercó a nosotros y los ojos de Christian se conectaron con los míos.

La expresión de su rostro se convirtió en una de sorpresa al verme y más al ver a su hija de mi mano.

—Mucho gusto señor Matthews, soy Christopher Moldovan—dije sin hacer notar que nos conocíamos.

—Mucho gusto, joven Christopher—sus ojos se fueron a mi novia quien había estado callada.—Hola.

—Mucho gusto—susurró ella.

—Ella es mi novia, Alexa Matthews.

—Vaya qué casualidad, se apellidan de la misma manera—dijo Yenica riendo.

—Bueno, en realidad...

—Si es una casualidad muy grande, pero mi apellido es bastante común, ¿no es así señor Matthews?

El hombre iba a hablar, pero Alex fue mucho más rápido que él e intervino. Al igual que ella, leí los pensamientos de ese hombre ¿cómo se le ocurría decir que era el padre de Alex? ¿Acaso está loco?

—Si tienes razón, es un apellido común.

La tensión podía cortarse con un cuchillo muy filoso, los tres nos veíamos preguntándonos ¿qué diablos hacíamos aquí?

—Bueno, le comentaba Christian que nuestros puertos están cien por ciento armados y diseñados con la mejor tecnología para recibir grandes embarcaciones provenientes de Argentina, el cual es un mercado bastante amplio, para nuestro país sería maravilloso obtener los recursos que ustedes nos puedan brindar—dijo mi padre al pelirrojo.