18| Día de los enamorados

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18| Día de los enamorados

| Christopher


Se lo había dicho. Por fin le conté aquella idea que estaba rondando por mi cabeza desde hace un tiempo.

—¿Mudarnos? —Ella preguntó con la cuchara llena de helado a medio camino.

—Si. No ahora, déjame explicarte—dije antes de que se hiciera ideas erróneas—hace un tiempo he estado pensando en comprar un apartamento para mí, quiero comenzar a vivir sólo, no es que no me guste mi casa, pero viendo la situación que llevó con mi padre, sería lo mejor—comencé diciendo—también quería buscar otro empleo, algo que tenga que ver con lo que estudio, quizás un concesionario y comenzar a vivir de lo mío y no de lo que mi padre me da.

Ella asintió un par de veces sin dejar de mirarme.

—Sé que eso no será pronto, es difícil la independencia, pero es una idea a largo plazo—me quedé en silencio, pero ella me siguió viendo así que continué—quizás el próximo año lo haga, por eso quería pedirte que, cuando cumplas los dieciocho, vengas conmigo, comencemos una vida juntos.

Ella dejó el helado a un lado. Sus ojos ya no estaban en mí, ella veía el peluche de ojos raros con mucha atención. ¿Habré hecho algo malo? Quizás fue pronto para decirle sobre una convivencia juntos.

—Es algo que me ha tomado por sorpresa, Chris. Nunca imaginé que quisieras vivir conmigo—comenzó a hablar—me parece raro porque no he vivido con otra persona que no sea mi hermano mayor y pensándolo bien tampoco me disgusta. Estamos bastante jóvenes para pensar en eso, pero no me parece mala idea, a futuro, claro.

—No te pediré que sea ya, claro que no, pero viendo como está la situación de Scarlett y Daniel sé que ellos nos tardarán en formalizar su su relación y quizás deseen estar solos, como pareja.

Sé que me estoy adelantando a los hechos, pero había algo que me impulsaba a hacerlo. Tampoco es que le esté pidiendo matrimonio, es solo comenzar a vivir juntos y ver qué tal nos va y si todo sale bien, quién sabe, en un futuro podríamos pasar a algo más.

—Lo sé, había estado pensando en eso. Sé que la relación de Scarlett y mi hermano va muy en serio y a pesar de aquel problema sé que ellos no tardará en vivir juntos. Ella tiene toda su ropa aquí.

—¿Entonces aceptas?

—Dejemos que pase éste año, esperemos y quizás comencemos a planearlo el próximo.

Le sonreí y llené mi boca de sus besos.

Era extraño. En mis pensamientos siempre quise ser un hombre libre, desde que conocí la vida que llevaba mi tío Nicholai había querido ser así. Libre, despreocupado, un nómada aventurero que va a donde quiera y cuando quiera.

Pero, imaginarla a ella en nuestra casa, juntos, dormir siempre a su lado, verla cada mañana, cenar en nuestra mesa. Me llenaba de un cálido sentimiento que no se iba y sí, sé que soy un jodido niñato, pero quiero llegar a los treinta y seguir viéndola a ella y a sus perfectos ojos raros.

—Estoy jodido—dije mientras buscaba páginas de alquiler de helicópteros—¿Cuánta gente tiene el suficiente dinero para alquilar todos los helicópteros de la ciudad ese día?

—Te lo dije hermano, debías hacerlo rápido, el día del amor y amistad es bastante popular todo se acaba semanas antes—Andréi disparaba en su tonto juego.

Lujuria (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora