24| Despedida

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24| Despedida

|Alexa


—No es necesario que me compren ropa, ¿en ese lugar dan pijamas?

—Si, pero no estarás en pijama todo el día. Allá hay piscina y un sauna.

—¿Qué clase de clínica de rehabilitación tiene sauna?

—Las de los ricos.

Estábamos las cinco en el centro comercial comprando algunas cosas para Harper, hace una semana habíamos tenido el susto más grande de todos. Aquella sobredosis fue una llamada de emergencia, Harper necesitaba ayuda, sí o sí.

Así que le buscamos la mejor clínica de rehabilitación de la ciudad y mañana será internada hasta que aquella adicción a las drogas se eliminara y todo el trauma por el que había pasado mejorara.

—Siento que ésto es demasiado—ella lamió la cuchara del helado.

—No lo es, no sabemos cuatro pasarás ahí, debes ir preparada—le dijo María.

—Aun así...

—Nada, déjate consentir, Harper.

Mi ojos miraban a las chicas mientras me comía mi helado de menta.

—Harper, no critiques y déjate ayudar—le dije.

Harper era una chica muy "independiente" cuando tenía algún problema siempre intentaba resolverlo sola, como aquella vez con los narcos. Jamás pide ayuda, aunque su vida dependa de ello, por eso le está costando aceptar todo lo que hacemos por ella.

—Algún día les pagaré todo—susurró mirando el helado que estaba frente a ella.

—No nos tienes que pagar nada, Harper—dije.

—De hecho, sí. Nos vas a pagar haciendo todo bien para recuperarte, nos vas a pagar cuando salgas completamente limpia de aquella adicción y seas una persona completamente renovada—María tomó su mano y acarició sus nudillos.

—No queremos tu dinero, Harper, queremos verte sana.

—Gracias, Mer, gracias a todas.

Y como si de una película de comedia romántica se tratara comenzamos a llorar en la heladería del centro comercial. No pensé que terminaríamos así nuestra tarde de compras.

Llegamos a mi apartamento solo a dejar las cosas y a cambiarnos, ya que Christopher había organizado una barbacoa en honor a Harper y así despedirla antes de que se internara en la clínica.

Entramos al auto de Scarlett y nos fuimos hasta la mansión Moldovan. Mi hermano no nos pudo acompañar ya que le había tocado viajar por cuestiones de trabajo, así que solo estábamos nosotras.

Al llegar, la música ya sonaba muy fuerte, el aroma a alcohol se hacía más fuerte mientras nos acercábamos a la piscina.

—¡Qué bueno que llegan! Pensamos que haríamos la fiesta sin ustedes—Andréi se acercó hasta nosotros para darnos un abrazo a cada una—venga—él nos llevó hasta la parte de atrás donde estaba el asador, ahí el tío Nicholai estaba con un gorro de chef y un delantal.

—Bienvenidas, ¿qué quieren? ¿Carne o pollo?—él ya tenía mucha comida en el asador, en su mano estaba una botella de cerveza y en la otra un tenedor.

—¿Qué es todo esto?—preguntó Meredith—Pensé que sería algo simple, pero ustedes exageraron.

La piscina estaba decorada con muchos carteles de despedida a Harper, también habían globos y ¿una piñata?

Lujuria (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora