Capítulo 23

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La paz y tranquilidad que experimentaba en ese momento no la había sentido en mucho tiempo. En realidad, ni siquiera recordaba la última vez que se había sentido tan a gusto. En muchas ocasiones, había deseado volver a ser una niña, cuando jugaba con sus hermanos sin ninguna responsabilidad; cuando la vida era de color rosa y no tenía ninguna preocupación pesando sobre sus hombros. Este momento era lo más cercano a ese deseo. Si le dieran la oportunidad de quedarse en este instante por el resto de su vida, no lo pensaría ni un segundo.

La presencia de Maura apenas se notaba. Estaba concentrada en el libro que había estado hojeando por la mañana y que parecía haberla atrapado. Jane alternaba su mirada entre el atardecer sobre el océano y cómo la luz dorada lo bañaba, llegando también a la mujer que estaba a unos pies de ella. Prefería observar a Maura, aunque intentaba no hacerlo demasiado.

No pudo evitarlo. Maura pasó la página que estaba leyendo y se lamió los labios inconscientemente. Había recogido su cabello de manera desorganizada con los dedos en una coleta, y con su mano libre rozaba el material de la bufanda alrededor de su cuello. Jane le había bromeado diciéndole que "ese" era su estilo, recogerse el pelo con los dedos. Maura se mostró genuinamente sorprendida, ya que no se había dado cuenta. Es cierto que la había visto hacerlo innumerables veces cuando hablaban por Skype, pero nunca pensó que Maura terminaría haciéndolo también.

-Puedo sentir tu mirada -dijo en voz baja, sin ninguna pizca de molestia o incomodidad, cerrando el libro y dejándolo a un lado en el sofá para alzar la mirada hacia ella.

-Lo siento. No quería interrumpir tu lectura, es que... -No podía expresar lo que realmente pensaba. A veces ni ella misma entendía lo que estaba pasando por su cabeza. "¿Estás hermosa?" ¿Cómo podría decirle algo así sin que sonara extraño? Aunque conociéndola, tal vez solo le agradecería con una sonrisa. Ya había hecho el ridículo cuando empezó a decir ese tipo de cosas estando ebria, que, para su propia vergüenza, recordaba con perfección cada momento y cada palabra que había salido de sus labios. Solo pensar que Maura recordara con la misma exactitud la hacía desear enterrarse viva-. Estoy un poco aburrida -soltó sin pensar y se arrepintió al momento que se escuchó a sí misma, al ver el cambio de expresión en Maura. En ese instante, se dio cuenta de que sus palabras habían sido mal interpretadas.

-Oh... Lo siento. Se me pasó el tiempo con la lectura.

No tenía que disculparse por eso. No tenía que hacerlo, y el hecho de que pensara que era necesario la hacía querer patearse.

-Por favor, Maura, no te disculpes. -"Vaya forma de arruinarlo" pensó. No soportaba la idea de que Maura se sintiera culpable por algo tan insignificante. Ella no estaba ahí para entretenerla, sino para acompañarla, algo que había estado haciendo a la perfección y sin ninguna obligación.

-He estado entretenida también. -Y era cierto, podría quedarse viendo el atardecer hasta que la noche llegara.

-¿Mirándome? - preguntó, y a Jane le tomó un segundo recuperarse de lo directa que había sido. A veces olvidaba cuánto podía llegar a serlo. Al principio, había sido difícil de creer que una persona no pudiera mentir y mucho menos que fuera tan directa (sin mencionar la reacción que tenía al solo intentarlo). Lo bueno era que no era irrespetuosa; más bien, terminaba siendo algo adorable, al menos para ella.

-Sí. -Decidió probar ser tan directa y honesta como su amiga.

Maura permaneció en silencio por unos instantes, mirándola. ¿Acaso Maura Isles se había quedado muda? Jane no pudo contener la leve sonrisa que comenzaba a dibujarse en sus labios. Se sentía como una pequeña victoria.

-¿Deseas hacer algo?

-¿Recuerdas el paseo marítimo que vimos cuando fuimos a la tienda?

-Claro.

Tú y Yo (Tú mi Naturaleza y Yo tu Humanidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora