Capítulo 06

91 14 1
                                    

Esa mañana, Jane se despertó mucho antes de que sonara su alarma. Gabriel ya se había ido al trabajo y tenía un vago recuerdo de cuando se había despedido. Ni siquiera eran las 5 AM y, como otros días, estaba segura de que no podría volver a dormir. La pesadilla no había sido tan mala esa noche, no como las de los días anteriores, pero igual le había quitado el sueño. ¿Cuánto había dormido? No quería siquiera pensar en el poco sueño que estaba teniendo ese mes.

Tenía que buscar algo en qué distraerse. Se le ocurrió una idea cuando vio la ropa en el suelo y la maleta de Gabriel al lado de la puerta del cuarto. Lavar. Eso siempre la había ayudado a dejar de pensar en sus problemas, aunque no lo hacía mucho; Gabriel era quien se ocupaba de lavar la ropa de ambos. Recogió toda la ropa sucia que se encontró y abrió la maleta sobre la cama, comenzando a sacar la ropa. Un fuerte aroma inundó sus sentidos, y acercó la camisa azul clara a su nariz. Su corazón dio un vuelco. Era perfume de mujer. Con la camisa en la mano caminó hasta el tocador, buscando el perfume que Gabriel le había regalado unos meses atrás. Era el mismo. ¿Por qué tenía ese perfume en la camisa?

Se encaminó hasta la lavadora, arrastrando la bolsa de ropa sucia con ella. Definitivamente, tenía que descansar, porque sus pensamientos comenzaban a atormentarla. Gabriel no sería capaz. Pero, para estar segura, le preguntaría en la noche.

Maura Isles emergió del ascensor con una leve sonrisa que, aunque quisiera, no podría ocultar. Con su mano libre, se alisó el vestido, consciente de que estaba en perfecta condición y que su acción era totalmente innecesaria. En la otra mano sostenía una carpeta.

—Está en su descanso —le avisó el detective Korsak cuando notó que miraba la silla vacía detrás del escritorio de Jane.

Maura lo miró y asintió. Esperaba que en su rostro hubiera una sonrisa, aunque fuera una leve, porque su estómago dio un vuelco que por un instante creyó sentirse enferma. Maura miró hacia el escritorio del compañero de Jane, notando que tampoco estaba.

—¿Testimonios? —preguntó Maura.

El día anterior no había podido ver mucho a Jane porque había ido con Frost a la prisión. Comenzaba a sentir que el tiempo estaba pasando demasiado rápido.

—No.

Con solo escuchar esa simple palabra, la sonrisa regresó a sus labios.

—Puede dejarla sobre su escritorio —le dijo, mirando la carpeta que aún sostenía.

—Claro. —Reaccionó y se acercó al escritorio que estaba sorprendentemente organizando, aparte de otras diez carpetas que tenía pendientes a ser revisadas. "Det. Jane Rizzoli" leyó la placa dorada, y fue entonces que cayó en cuenta de que Gabriel había sido presentado como Dean. No quería entrometerse ni preguntar algo que no estaba relacionado con asuntos de trabajo, pero la curiosidad le ganó.

—Korsak, ¿El apellido de la detective Jane es Rizzoli o Dean? —La placa podría ser vieja... aunque siempre que ha escuchado a la mujer presentarse lo ha hecho con "Rizzoli".

El hombre soltó una carcajada al escuchar la pregunta, y Maura no sabía qué más hacer aparte de guardar silencio. No veía cómo su pregunta podría causar tanto humor.

—No se le ocurra preguntarle eso a Jane, Doc. Oh Dios, es un tema algo sensible. —Inhaló con fuerza, intentando recuperarse del ataque de risa—. Si no quieres que, uno: se moleste y dos: se pase literalmente más de diez minutos explicándole el por qué Rizzoli es mucho mejor, y tres: que te mire con cara de culo.

La expresión de la doctora cambió a una de absoluta sorpresa, y fue entonces que el hombre fue consciente de lo que había dicho.

—Perdón, doc. —Se aclaró la garganta, sonrojado de la vergüenza.

Tú y Yo (Tú mi Naturaleza y Yo tu Humanidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora