𝟮𝟳. 𝗔𝗕𝗗𝗜𝗧𝗢𝗥𝗬 [+18]

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𝐀𝐛𝐝𝐢𝐭𝐨𝐫𝐲













A dónde vamos cuando él cierra mis ojos y bajo qué país: una oscuridad azul, más allá del infierno; un paisaje de ausencia y raíz y piedra. No hay cuerpos aquí, soñamos sueños sin forma- una tormenta constante y sin nubes. "

"Madre, nunca despertaré de él, ya he viajado demasiado lejos. Mi boca tiene el color de su boca , y la lanza de su nombre, una vez feroz, se disuelve
en mi lengua como azúcar, como canto de pájaros, lo susurro: Hades."



































El bosque había cambiado a uno desconocido, árboles que nunca había observado, un sendero por el que nunca había caminado y, aun así, el incierto se sintió como un nuevo comienzo. Ya no había un laberinto en mi mente, el shock me había dejado vacía pero no un no era libre.

— ¿Dónde estamos?— Pregunté en un susurro a aquel hombre que aún me sostenía en brazos.

— Caminemos — Gellert tomó mi mano con fuerza y me dirigió por el sendero, un bosque silencioso, una luna brillante y un cielo despejado.

Un bosque silencioso donde solo percibí el sonido pesado de mi respiración y nuestro paso.

Y luego de una caminata por aquel bosque, de entre los árboles, se distinguía una mansión de piedra gris en un campo

— ¿Dónde estamos?

— Esto es nuestro abditory — lo miré confundida sin entender el significado de aquella palabra — Abditory es un lugar creado para desaparecer, un lugar secreto, oculto, libre.  Este es nuestro nuevo hogar, la cúpula de cristal que cree para ti.

— ¿Nuestro? — Pregunté incrédula.

— Nuestro cariño, este lugar te pertenece tanto como a mí. Aquí voy a poder cuidar de ti, aquí nadie va a poder encontrarte. Vas a poder desaparecer. — Tomó mi rostro en sus manos y observé la súplica de perdón en sus ojos, observó el temblor involuntario de mis manos.

— Es, es más de lo que puedo recibir. Es más de lo que creí que tendríamos.

— Es lo mínimo que mereces pero esto no es todo.

Nos adentramos a aquella mansión, un aspecto antiguo pero no era frío, se sentía como un hogar. Una gran entrada principal, una escalera amplia. Un comedor con una gran mesa central de madera oscura hasta que nos adentramos al primer salón. Una chimenea, un piano con varias partituras y algunos sillones

Un salón de música.

Una puerta que adentraba a otra sala, el suelo de madera, espejos alrededor de las paredes, un ventanal que daba al bosque, una barra de ballet y un reproductor de música al lado de otro piano.

Un salón de baile.

—Sé que lo vas a necesitar — Hace meses que mi cuerpo no había experimentado la libertad a moverme al ritmo de la música.

¿Acaso ahora era libre? Todos buscamos la libertad, queremos ser libres. Pero qué es ser libre? ¿No estar presos es ser libre? La libertad es peculiar, angustia tanto no tenerla, como tenerla. Ser libre a veces te llena de miedos.

Luego de tantos meses pude sentir mi corazón latir a una velocidad fisiológica, la ansiedad constante de mi cuerpo disminuía, los demonios en mi mente se silenciaron.

Caminamos hacia otra puerta, estantes llenos de libros se expandían por cada rincón, desde el suelo hasta casi tocar el techo, una mesa de lectura en el centro, un caballete con un lienzo a medio terminar y pinturas dispersas junto a pinceles.

𝑨𝒃𝒅𝒊𝒕𝒐𝒓𝒚  [ Experiencia de RD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora