30. 𝗦𝗖𝗥𝗘𝗔𝗠 𝗔𝗡𝗗 𝗦𝗛𝗢𝗨𝗧

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𝐒𝐜𝐫𝐞𝐚𝐦 𝐚𝐧𝐝 𝐬𝐡𝐨𝐮𝐭


















"Afrodita", le supliqué al cielo nocturno bañado por la luna.
"Dime, si el amor está destinado a sanar, entonces ¿por qué destruye a quienes lo eligen?" Desde algún lugar más allá de las nubes, escuché reír a la Diosa. Y lo supe.























El otoño llegó y se fue como un suspiro, el tiempo empezó a pasar con mayor velocidad y eso empezó a aumentar la ansiedad en mí.

El primer día de invierno nevó y me quedé, lo que se sintieron cómo horas, observando como la nieve empezaba a cubrir la casa, el patio y principalmente el rosal.

— ¿Qué estas esperando? — Gellert me tomó de la cintura y me hizo despegar la mirada de la ventana.

— ¿Disculpa?

— ¿Qué estas esperando? Cada día tienes la mirada perdida en el reloj o en el calendario, como si estuvieras esperando que algo sucediera, estas más ansiosa y más a la defensiva.

— Supongo que sí, es que algo tiene que pasar. Todos estamos esperando algo, que alguien ataque primero, esto tiene que acabar en una guerra y lo sabemos. Supongo que estoy esperando algún indicio de que esta empiece.

— Tú sabes algo que nosotros no. — Mi amado acomodó los mechones sueltos y soltó la trenza que llevaba. —Siempre he escuchado a tus padres decir que sabes más de lo que demuestras, siempre estás en el lugar adecuando en el tiempo adecuado. He visto la guerra, he visto cómo te aferrabas a mi cuerpo en llanto alrededor de escombros, he visto la sangre que se va a derramar y, aun así, creo que sabes más que yo ¿Estás dispuesta a contar?

Yo me limité a negar con la cabeza.

— ¿Tienes miedo de que aquello se cumpla? — Sus manos empezaron a vagar por mi cuerpo.

— Yo solo... tengo el presentimiento de que voy a perder más de lo que estoy considerando.

Desde siempre he vivido en la espera de la desgracia, saber lo que va a pasar, como y cuando era una maldición para mí. Desde un inicio siempre tuve la idea de dejar el destino tomar su curso hasta que me encariñé con aquellas personas que estaban destinadas a que su corazón deje de latir. Siempre me he considerado un mártir, o eso creía ser, estaba dispuesta a los sacrificios con tal de mantener aquellas vidas en este plano.

Empecé a anticiparme, a intervenir, a luchar y a crear mi propia historia para ellos, entonces, saber que nos deparaba el futuro era un castigo. Siempre atenta, alarmada, en la espera de que la desgracia toque mi puerta nuevamente y me vea envuelta en una nueva lucha.

Quizás esté condenada a ser una eterna espectadora de mis propias tragedias. O tal vez, solo tal vez, sea yo la única artífice de mi propia desgracia. En el afán de evitar el dolor, he caído en la telaraña de la incertidumbre y la preocupación constante. Siempre tratando de predecir, de controlar, de adelantarme a lo que todavía no ha sucedido ¿Acaso así podré evitar el destino fatídico reservado para mí?

Mi destino no estaba escrito en aquel mundo pero, desde hace tiempo empecé a darme cuenta de que sería constantemente acechada por el dolor. Tal vez se debía al inicio de mi historia, tal vez la muerte me ha tomado la mano en cada paso que daba.

— Tú eres la única persona que no estoy dispuesta a perder, sin importar que pase y lo que tenga que hacer para ello, quiero que estés en mi vida para siempre. — Acaricié su mejilla y me puse de puntillas para alcanzar sus labios y depositar un tierno beso.

𝑨𝒃𝒅𝒊𝒕𝒐𝒓𝒚  [ Experiencia de RD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora