𝟯𝟮. 𝗧𝗛𝗘 𝗚𝗥𝗘𝗔𝗧 𝗪𝗔𝗥 𝗣𝗧𝟭

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𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐫𝐞𝐚𝐭 𝐖𝐚𝐫  𝐏𝐓𝟏


















"Algunas personas no saben lo que tienen hasta que lo pierden".

"Pero, ¿qué pasa con los que saben? Los que nuncadio una maldita cosa por sentado? Quienes hicieron todo lo posible por aguantar, pero solo pudieron mirar impotentes mientras perdían lo que más amaban. ¿No es mucho peor para ellos?
















Miraba el reloj con angustia, sentía que el espacio entre cada segundo era eterno.

Me dirigí al almacén sabiendo que quedaba poco tiempo para partir. Gellert notó mi intranquilidad aquel día pero prefirió no preguntar, él sabía que había cosas que yo no podía explicarle por más que quisiera.

Rebusqué entre los estantes una caja negra que había escondido para la ocasión especial, dentro de ella había un colla de plata pura que contenía un cuarzo transparente; luego saqué uno de los grimorios de mi madre buscando entre sus páginas el hechizo que necesitaba.

No estaba dispuesta a perder mi corazón, si él se obstinaba a pelar a mi lado encontraría la forma de mantenerlo a salvo en cada segundo.

En un cuenco de piedra dejé caer el collar, tal vez esto que estaba a punto de hacer podría sonar enfermizo para otros, para mí era la mejor forma de asegurar que su alma siguiera en su cuerpo al terminar la batalla.

Corté la palma de mi mano y las gotas de sangre empezaron a caer en el cuenco bañando por completo la piedra del collar.

Praesidio plenus; animam et corpus protegit. Sanguis et mens defendat nulla noxa neque dolor. — Musité el hechizo hacia el cuenco, pude ver como poco a poco la sangre iba disminuyendo mientras el cristal empezaba a tomar su color como si la estuviera absorbiendo.

Pocos segundo bastaron para que aquel cristal pareciera hecho con simple sangre.

Cuando el hechizo de protección estaba listo, saqué una pulsera de la misma caja la cual tenía las mismas piedras.

Volví a bañarlas en mi sangre para después verter el contenido de un frasco de cristal donde guardaba sangre de Gellert, sangre que él mismo me había proporcionado en su momento para cuando yo fuera a necesitarla.

Yovara vimuna virael.— Musité nuevamente fusionando los signos vitales de ambos a los talismanes —Spasiti animam suam— Terminé de conjurar para poner fin al ritual.

Me lo guardé en el bolsillo esperando el momento adecuado para dárselo.

Salí del almacén y me dirigí a la sala del piano para despejar un poco mi mente mientras seguí esperando que el tiempo corriera.

La luna se encontraba hermosa aquella noche, como siempre, queriendo se la principal espectadora de la catástrofe que estaba a punto de comenzar.  Aquella luna que siempre fue mi confidente y conocía los miedos más profundos de mi alma tal vez, presenciaría mi caída.

Traté de ser positiva, de pensar que todo saldría como debía de salir y no se perderían vidas preciadas para mí. Sería la primera vez que viera a mi familia nuevamente después de tantos meses, vería a mis amigos y a aquellas personas que he aprendido a amar.

𝑨𝒃𝒅𝒊𝒕𝒐𝒓𝒚  [ Experiencia de RD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora