Capítulo 22

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«Jᴇɴɴɪᴇ»

La noche había continuado perfectamente. Pudimos hablar a más confianza desde que Lisa pudo contarme ese secreto... Pero, después de eso, no pude evitar fijar mi vista en su entre pierna cada vez que la pelinegra estaba distraída. Si, lo se, es algo morboso, pero.. ¿Qué querían que hiciera?

Cuando el taxi llego, ella sin mediar palabra se monto junto a mi. La tranquilidad del silencio me hizo recostar la cabeza en su hombro, e, indicarle a Chófer que en vez de llevarnos al club nos lleve a casa. Esta vez estaba de ánimos para algo relajado. Lisa tomó mi mano y entrelazo nuestros dedos para dejar un casto beso en mi cabeza.

Si. De nuevo mis ojos se fueron al blazer. ¿Como no me había dado cuenta de su intersexualidad? Sus piernas estaban abiertas tal y como un hombre hace debido a su parte masculina, y esta formaba un bulto sobre su pantalón que era imposible de no ver. De inmediato me sonroje y decidí desviar la mirada a otro lado, evitando ponerme nerviosa y sentir este silencio tan cómodo algo inestable y denso para mis adentros.

Luego de unos minutos salimos del coche, y tal como entramos en el, entramos al departamento en completo silencio. Abrí la puerta del Penthouse. Lisa abrió la boca sorprendida mientras veía todo a sus alrededores.

—Todavía no me acostumbro a ver un penthouse tan grande —dijo mirándo todo a su alrededor pero sin soltar mi mano.

—No es tan genial como parece.

—No se porque no te creo —reí suavemente.

—¿Te quedaras? —Pregunté de la nada, ni yo esperaba comentar aquello.

Ella me miro alzando una ceja, al parecer no entendía lo que quería decirle. Trague saliva.

—¿Te quedaras a dormir? —una sonrisa cubrió su rostro.

—Si no es molestia para ti, claro. Puedo quedarme en el sofá como la otra vez.

—No...—suspiré—. ¿Puedes dormir conmigo esta vez?

Ella asintió sin problemas tras pensárselo unos momentos. Comenzamos a caminar en dirección a mi habitación, en busca de algo cómodo que me pueda poner. Un aroma peculiar salía de este, era encantador pera a la vez era una fragancia fuerte. Enarque una ceja mientras la abría. Grave error.

La mandíbula de Lisa se cayó en el suelo cuando sus ojos recorrieron con agilidad toda la habitación. En la mesa había todo tipo de juguetes sexuales, habían pétalos por toda la habitación... Y la cama. ¿Habían cambiado las sábanas que me hizo mi abuela antes de morir?, menudas Imbéciles.

Aunque eso no fue nada para lo avergonzada que me sentí. Sentía mi mano sudar entrelazada con la de la pelinegra; Que aún estaba asombrada viendo todo. Decidí que el silencio pulcrara todo y que purificara todos los pensamientos morbosos y perversos que recorrían mi mente. Más bien esto solo lo empeoró.
Ella soltó una risotada que me dejó atónita.

—Tienes de todo menos lo que necesito —susurro. Hubiese pensado que fue para ella misma, más bien no, pues se inclino a mi oreja para susurrarlo alli.

¿Donde estaba mi Lisa adorable y cariñosa? ¿Acaso la vista de dichos objetos habían arruinado su faceta?...

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Desconocidas (JENLISA G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora