Capítulo 27

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«Jᴇɴɴɪᴇ»

Mi celular comenzó a vibrar a mi lado, y la puerta de entrada era tocada con fuerza. Enarque una ceja mientras contestaba la llamada sin siquiera mirar el nombre y abría la puerta a la vez. Lalisa estaba frente a mi con una sonrisa de oreja a oreja que le quedaba perfectamente.

Tiene una segunda oportunidad, Kim Jennie —dice Marco Manobal al otro lado de la línea.

Abrí los ojos sorprendida. ¿Qué había hecho Lisa para conseguir esto?, porqué de la noche a la mañana el señor Manobal no iba a decidir tenerme de vuelta. Le dedique una mirada asesina mientras la dejaba entrar a mi casa.

—Muchas gracias, señor Manobal, no volverá a suceder.

No se preocupe, Kim. Las puertas de mi empresa están abiertas para usted cuando desee. —murmuró entre dientes. Mire como Lisa sonreía victoriosa y con arrogancia. ¿Qué había tramado?

—Bien, muchas gracias. Hablamos después —Dije. Después de unas respiraciones más, colgó.

Deje el celular encima de la isla del comedor, caminando pacientemente hacia Lisa que se había tirado en mi sofá como si el lugar fuese su casa. Me senté en el borde a su lado, ella enarco una ceja mientras me miraba sutilmente. De inmediato noto mi frustración.

—¿Qué tienes? —su voz sonó alarmante mientras fruncia el ceño—. ¿Hice algo mal? ¿Puedo remediarlo?

—¡No! —proteste—. El problema es que lo hiciste todo bien sin pedirme ayuda, Lisa. Mírame —sus ojos se clavaron en los míos—. Te había dicho que sabía la relación de rivalidad entre tu y tu padre, ¿por qué fuiste hacia él?

—Porque... tu lo necesitabas. —una mueca de tristeza apareció en su rostro haciéndome sentir culpable—. Lo lamento, Nini. No era mi intención.

—Lisa, no te disculpes, hiciste algo muy bueno —me acerque a ella—. Solo trata de no hacer las cosas siempre sola, ahora me tienes a mi, ¿Si?

Ella asintió con una sonrisa, volviendo al estado de ánimo con el que había venido. Su mano se Extendió hasta mi mejilla, para acercar mi rostro al de ella y estampar sus labios contra los míos. Deje su lengua entrar a mi cavidad bocal gustosa. Su lengua y la mía se entrelazaron para comenzar una batalla por descubrir el dominio.

Me moví para sentarme encima de sus piernas, sin alejarme de sus labios, sus manos se posaron en mis glúteos, masajeando mientras mis manos acunaban su rostro para profundizar el beso. Me separe con la respiración agitada, y de inmediato la pelinegra comenzó a atacar mi cuello. Gemi cuando mordió mi pulso y paseo su lengua por mis clavículas expuestas en esta camisa blanca sin mangas.

Sentí el bulto bajo de mi, lo que me hizo soltar una jadeo placentero en la oreja de Lisa. Sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, adentrándose en mi camisa para ir subiéndola poco a poco hasta desprenderla con algo de mi ayuda. Mis senos quedaron expuestos para ella, y mientras masajeaba uno y lo amoldeaba a su gusto, el otro lo chupaba y mordía a su placer.

—Lisa...—gemi asfixiada. Mi clitoris dolía aclamando atención ahogada en mi humedad.

—¿Si? —su voz ronca fue suficiente para hacerme estremecer—. ¿Qué es lo que deseas, Jennie?

Mi nombre sonaba inusualmente sexy en sus labios. Y aunque deseaba que ella me tocara, me besara, me acariciara... Necesitaba tenerla dentro se mi cuanto antes. Gritaba internamente pidiendo su miembro dentro de mi, y ella lo sabía debido a la fricción que estaba creando con su bulto y mi centro de manera necesitada.

Desconocidas (JENLISA G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora