«Lᴀʟɪsᴀ»
Escuchen Train Wreck.
Bajaba las escaleras adentrándome en la casa, o pocilga como diría el propio dueño, De Jungkook. Me había mandado millones de mensajes que mientras bajaba, con una mano llena de sopas chinas y en la otra revisaba en el celular aquellas fotos. Enarque una ceja con una sonrisa juguetona viendo fotos de cocaina en una tarjeta de crédito; En simples palabras me estaba invitando, ¡Hasta que se dignaba!
—¡Kook. Ya llegue, y traje sopa! —exclame apagando el celular.
Deje las sopas en la mesa con intriga cuando note al pelinegro recostado. Me acerqué para abofetear su rostro, pero no habian señales. Mis ojos se dirigieron asustadizos a las líneas de droga, iba por la tercera según mis ojos notaban. Con el miedo electrocutando cada partícula de mi sangre, me arrodille delante del cuerpo de mi amigo comenzando a moverlo frenéticamente.
—¡Despierta, maldita sea! —mi voz salía temblorosa—. ¡QUE DESPIERTES! —Lo volví a abofetear; Sentía mi garganta seca.
Mis dedos se dirigieron a su pulso, me habían enseñado desde muy joven a descubrir sobre esto en algún tipo de situación vida o muerte; Pero nunca pensé que lo usaría, y nunca pensé perder a alguien, y nunca pensé que ese alguien lo iba a querer tanto, y nunca lo pensé porque no sabía los peligros de la vida, y mi vida se derrumbó cuando note que Jungkook había perdido el pulso.
—¡No! —le pegue a su pecho, las lágrimas inconscientemente bajaban descontroladas por mis mejillas, mis orbes estaban desorientados... ¿Jungkook?—. ¡Estas despierto, no me bromees! —lloraba desconsoladamente con la frente pegada a su plano abdomen.
La tierra se me venía encima. Porque el era mi hermano, y lo apreciaba mucho, y iba a extrañar sus abrazos, y iba a extrañar sus Reproches, y iba a extrañar sus consejos, y iba a extrañar nuestros raros encuentros, y iba extrañar su hermosa sonrisa, y iba a extrañar sus ojos melancólicos y rotos, y iba a extrañar su alma dolida y libre... Libre solo conmigo.
Porque el mundo se sentía como pesas en mis hombros, porque no era un juego. Jungkook se había ido. Un grito desgarrador salió de mi garganta mientras me levantaba tambaleante, mis ojos buscaban consolación en alguna parte de ahora este nostálgico lugar, el lugar donde venía para ser feliz. Porque Jungkook me hacia feliz, porque el fue quien estuvo ahí, el fue el que no se fue, el fue quien se quedó. Él fue a quien nunca tuve que buscar, porque nunca me dejó. Nunca perdió las esperanzas en mi.
Lleve mis manos a mi cabeza, los gritos y los sollozos salían de mi garganta mientras mis ojos aterrorizados y llenos de aflicción buscaban consolación en alguna parte de este desolado lugar con un ambiente sombrío. Y sentí que mi corazón dejó de latir, y sentí que me perdía, y sentí que estaba sola, y sentí que mi alma había dejado mi cuerpo, y sentí que Jungkook había dejado de sufrir, y sentí que el sufrimiento ahora lo consumía en mayor parte yo, y sentí de todo. Pero no sabía como describirlo, porque el sufrimiento que mi cuerpo estaba acumulando era demasiado como para que mis propios pensamientos lo sostenieran.
Y me dolía el pecho, y me dolía el cuerpo. Porque el se había marchado sin una despedida, porque el se había marchado sin darme tiempo a despedirme, porque el se había marchado sin ser consciente de que moriría. Porque no estuve aquí a tiempo. Porque no pude salvarlo, como tantas veces el me salvo a mi. Y no podía parar de llorar, porque quería un abrazo de aquel cadáver, quería un abrazo de mi amigo. Pero el no podía, porque lo hacía solo se sentiría helado como la nieve, y no sentiría la calidez de sus brazos cada vez que me rodeaba con cariño, y no sentiría la calidez de su hombro cuando me dejaba llorar en mi mejilla, y no lo sentiría a él. Porque él ya no está.
Camine hacia atrás con las manos en el rostro intentando calmarme sin resultado alguno. Mi pecho subia y bajaba y sentía que me asfixiaba, no podía respirar, mi mundo daba vueltas. Choque con la pared a mi espalda, pero eso no me hizo volver en mi. Jungkook, mi honorable amigo, un buen chico que nunca tuvo la oportunidad de vivir una buena vida, murió sin conseguirla, y yo quería conseguirla por él. Pero no podía, no sin estar segura que donde sea donde su alma y espíritu fueron arrojados, estaba a salvo, estaba bien, estaba sano, estaba feliz. Estaba vivo.
Y mi cuerpo callo al suelo, y mi cuerpo se debilitó, y mi garganta se seco, y mis ojos se volvieron borrosos por las lágrimas, y mi cabeza me torturaba, y mi corazón se rompió, y mi alma había desaparecido, y mis ojos buscaban desorientados la consolación de sus cálidos brazos, y yo. Y yo no estaba.
Llame a Jennie, o eso creía haber hecho, o creía que ella iba a venir. Pero no pudo contestar, y me dijo que estaba ocupada, y yo dije que estaba bien, y ella dijo que qué me pasaba, y yo dije que la quería a ella, y ella preguntó por qué, y yo le dije que yo había muerto, y ella colgo diciendo que venia por mi. Y me sentí como una niña, porque acerqué mis rodillas a mi rostro, y lo escondí entre ellas.
Y minutos después con los ojos hinchados y adoloridos, pero con las lágrimas sin cesar, me levante, y me acerqué al cuerpo de mi amigo. Y tome su brazo gélido, y note la palidez de su cuerpo. Y me volví a derrumbar. Y dure horas llorando desconsoladamente en la tela de su camisa. Y después sentí que tocaban ligeramente mi cabello acariciando suavemente, y sentí el aroma de Jennie, y me desvanecí.
Porque aunque ella era mi felicidad, no me brindo lo que necesitaba para salir de esta melancolía. Más bien no se lo dije, solo la abrace en silencio para seguir llorando en su hombro. Porque me sentía segura en sus brazos, pero sus brazos no eran los de Jungkook, y a ella la amaba, la adoraba. Pero ella no estuvo conmigo en mis momentos más difíciles, y, aunque confiaba en ella, mi palabra estaba junto al nombre de mi difunto compañero.
Y los susurros incomprensibles de Jennie en mis oídos para intentar calmarme eran abrazadores, pero no me dejaban salir de la miseria. De la culpabilidad. Porque debi llegar a tiempo, debí responder sus mensajes, debí evitar que se drogara, debí inhalar yo las líneas de cocaina, debí morir yo porque yo si lo merecía. Porque yo si le había hecho daño a incontables personas, más bien él no. A él le habían hecho daño.
Y me recordó a Matar un Ruiseñor, porque ese nombre significaba; Hacer daño a alguien que nunca tuvo intención de hacer daño a otros. Y no entendí porque le hicieron daño a Jungkook, y no entendí porque nunca me dijo sobre su aflicción, y no entendí porque solo se limitaba a llorar a mi lado sin contarme, y después entendí que era porqué no se podía expresar. Y no me calme. Y me derrumbe más en los brazos de Jennie.
Porque él se había ido.
Porque él me dejó.
Porque no me puedo ir con él.
Porque quiero ir con él.
Porque deseo ir pero no puedo.
Porque no se si él está bien.
Y sonreí cuando ella me dijo que estaba bien, que él estaba en un lugar mejor. Y entonces me calme, pero sentí un vacío que nadie ni nada podía llenar. Sentía que faltaba él.
Que me faltaba mi hermano.
*
*
*
¿Van a llorar conmigo?
ESTÁS LEYENDO
Desconocidas (JENLISA G!P)
FanfictionJennie es una famosa cantante y modelo, mientras que Lalisa es una drogadicta apenas notable. ¿Qué pasa si por obra del destino estas dos se encuentran? -Lenguaje obsceno. -Jenlisa G!P (Chica con pene, en este caso Lalisa) -Se pueden encontrar fall...