Capítulo 06

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« Lᴀʟɪsᴀ »

Abrí la puerta oxidada. Adentrándome en el lugar con mal olor, paredes desgastadas y una simple nevera sucia además de un sofá roto. Oh, y claro, una mesa donde había muchas cosas interesantes. Mi amigo, estaba tirado durmiendo profundamente en el sofá rojo. Enarque una ceja mientras me acercaba a su cuerpo, y lo despertaba moviendolo del hombro bruscamente.

—¡¿Que, que paso?! —se despertó de un salto, mirando a todos los lados. Hasta que sus ojos recayeron en mi.

Frunció el ceño de inmediato. Ya me había advertido que dejara de venir, pero por nada del mundo lo iba a escuchar. O, más bien, razonar ante sus cortas palabras.

—Hola, Jung —comenté.

—Jungkook, Lisayah —completo el nombre por mi. Levantándose—. Te dije que debes razonar, no quiero que acabes como yo... No quiero que arruines tu vida como yo arruine la mía.

—¿Puedes dejar de hablar babosadas Kook? —entre las manos en los bolsillos—, es mi vida. Puedo hacer de ella una mierda si se me pega la gana.

Suspiro ante mi impenetrable terquedad.

—Solo te estoy advirtiendo. ¿Me ves a mi? ¿Ves que soy un maldito narco que vende drogas para lastimar a otras personas?

—No me lastimas a mi. Lo único que haces vendiéndome eso, es alegrar mi día.

Sus ojos oscuros quedaron estancados en mi orbes. No se movía y parecía no pestañar. Estaba pensando, esa siempre era su reacción cada vez que pensaba en algo. Pero terminó decidiendo darse la vuelta, asentándome con la mano que lo siguiera. Cosa que hice sin pensarlo dos veces.

Delante de la mesa negra. Habían varios envoltorios con una pequeña porción de polvo blanco, además de varios cigarrillos como tabacos. Y, por lo que había venido, varias inyecciones al otro lado. Señale tres de esas, y el en silencio las agarro y me las entrego. Ya había pagado por adelantado. Recordé que siempre que las compraba me las fumaba o inyectaba con él, pero esta vez creo que no sería correcto. No cuando veía en su rostro lo decepcionado que estaba.

—Te veo luego... Kook —Dije, lentamente.

—Te veo luego, Lisayah —me miró. Y me dedico su famosa sonrisa llamativa.

Le devolví la sonrisa forzosamente de lado, girando sobre mis talones. Para ir a despejarme un poco.

***

Estaba en el lugar perfecto. Había subido hasta una pequeña colina para sentarme en la punta. El gelido viento soplo contra mi piel, causandome un escalofrío a causa de la temperatura.

A la vez. Colocaba al aguja de la jeringa en la vena notoria de ni brazo, para sin contarlo dos veces adentrarla en mi sistema. Viendo como lo que estaba dentro de ese objeto, ahora pasaba a estar dentro de mi. Suspire sonoramente ante la satisfacción que eso me causaba. A la felicidad que me causaba poder estar fuera de este mundo bajo los efectos de la droga.

Deje la jeringa a un lado. Y pase mis dedos por mi cabello negro. Sentí unos cuantos estragos divertidos en mi estómago, y un pequeño pero insoportable martilleo en mi cabeza. Lo unico que hice ante tales síntomas fue soltar una risita juguetona. Pero al instante me alarme cuando escuche que alguien se acercaba. Mire por encima de mi hombro, alzando una ceja. Nadie venía a este lugar, ¿Tenía que ser justo ahora?

Desconocidas (JENLISA G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora