TERCERA OPCIÓN

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ÁLEX

Me sorprendió y encantó que Sofí se preocupara por mí a tal punto que quiso venir a comprobar que siguiera con vida. Qué tierna. Y sí, ahora la llamo "princesa", le gustaba ese apodo¿no?. Además, sé que en el fondo le pone nerviosa y eso me encanta. Me encanta cuando se pone nerviosa y se sonroja mientras coloca un mechón detrás de su pelo, un gesto que hace siempre que está nerviosa o incómoda. Me gustó pasar el rato con ella, hablar con otra persona que no fuera Daniel y no pude evitar reírme con sus historias sobre su nueva compañera de habitación. Pobrecilla, aunque no se diferencia tanto de su primo, Daniel, él también trae de vez en cuando a alguna "amiga" suya. Odiaba eso, porque eso significaba que me tocaría dormir en el sofá y aunque me ponía tapones para los oídos, los gemidos eran capaces de traspasar las paredes, y mis tapones.  Así que comprendía a Sofí a la perfección.

Tras una buena tarde con ella, Sofí tuvo que marcharse. Se despidió de mí con un beso en la mejilla para variar. Al principio me disgustaba, me incomodaba, pero ahora parece un hábito que no voy a negar que me agradaba y que extrañaría sin duda alguna. Seguía sin entender por qué lo hacía, pero a veces es mejor no cuestionarse las cosas y simplemente dejarte llevar. Si ella lo hacía, será porque tenga sus motivos y no voy a discutirle eso.

A todo esto, regresó el magnífico e inigualable, rey de las interrupciones, aunque claro, Sofí ya no estaba así que no podía decirme nada ni preguntarme si hicimos cochinadas, que la respuesta siempre será "no", pero jamás me creerá. Parecía cansado o frustrado, lanzó la mochila contra la pared y se dejó caer en el sofá. ¿Debería preguntarle? Aunque después de ver cómo estampó la mochila, me dio algo de miedo, no mentiré. Me aparté guardando distancia por si acaso.

—Ey, Daniel,¿Qué te pasa?

—¡Marta me ha rechazado!—elevó la voz—¿Te lo puedes creer?—preguntó súper indignado.

No sabía ni quién era Marta.

—Qué osadía rechazarte—dije con sarcasmo.

—¿Verdad?

No pareció pillar mi sarcasmo. Él parecía más estúpido de lo que creía.

—¡No se ha dejado! O sea, estábamos en ello, apunto, llegamos a la habitación, la tumbo en la cama y de repente cuando le iba a quitar la camisa, ella me golpeó,¡Me golpeó! Abofeteó mi hermosa y bella cara, ¿A Santo de qué, si sabía que íbamos a follar? ¿Esperaba hacerlo vestida o qué mierda?

—No sé. Misterios de la vida—me encogí de hombros.

En verdad su problema me la sudaba. No tenía realmente sentido. Daniel es como se llama así mismo el personaje Fermín Trujillo (un personaje muy famoso en una serie española muy popular que nadie se la perdía: La que se avecina) es un: "pícaro de playa". Básicamente, es de los que en cuanto se las folla, pasa de ellas. No entendía por qué hacía un mundo de una chica que olvidaría tan pronto como se la empotrara.

«Dijo él, que piensa a cada rato en Sofí».

No importaba, al final en cuanto lo hicieran, él la pasaría de largo. Aunque me alegra esa parte, así no tendría que traerla al apartamento y dormir otra vez en el sofá. Los tapones empiezan a afectar a mí audición.

—Pues vaya mierda—se cruzó de brazos y se puso de morros como un crío pequeño.

Yo no quise seguir la conversación, porque no entendía del todo su gran frustración. Vale, le rechazó una chica ¿Y? Tampoco era para ponerse así. Quizá algún consejo mío le haría que le entren ganas de golpearme como ella le golpeó a él, así que paso, ya que soy un virgen de mierda y mi único consejo era "olvida y pasa página". Me fui a la habitación. Y me tumbé en la cama. No sé por qué, pero ahora, cada vez que me tumbo en mi cama, se me viene a la mente la figura de Sofí, reposando en ella... Es extraño, incluso siento su calidez, como si recién hubiera dormido aquí, y su perfume... Pero,¿Qué estoy diciendo? Oh, Dios, de verdad que estoy delirando. Y por alguna razón que no sabría explicar, ahora de repente, se me vino a la imagen el sueño que tuve...

Fake loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora