QUIERO NIETOS

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Seguí perplejo ante aquella confesión.

‹‹O sea que sí le gustan mis besos...››

No supe muy bien cómo reaccionar, qué decir. Así que opté por mantenerme callado. Ambos nos miramos, necesito cambiar de tema de conversación rápidamente.

-Y...¿Qué estás estudiando?

Ella ladeó la cabeza un tanto confusa. Claramente no esperaba esa respuesta de mí, esperaría algo como..."¿Gracias?" No sé. Era un comentario difícil de responder pero mi respuesta ha sido aún más estúpida. Pude ver en su rostro la decepción, qué idiota que soy, romper este bonito bonito momento...

-Química.

Ah, sí cierto, lo dijo el otro día cuando se fue a hacer el trabajo.

-¿Y eso?

Se encogió de hombros.

-No sé. Me gusta, y me gustaría ser profesora de química.

-¿Profesora?-solté una leve risa.

-¿Qué tiene de gracioso?

-No te imagino enseñando a unos mocosos que te sacan rápido de las casillas.

Ella soltó una risa seca.

-No es gran cosa, pero tendría buen sueldo y muchas vacaciones.

-Buen punto.

-¿Y tú, "Don. Sabelotodo"?

-Pues... Cirujano.

-Lo suponía...

-¿Cómo?

-No sé, te veo cara de médico.

-¿Qué cara tienen los médicos?-enarqué una ceja.

-No sé pero lo suponía -rio levemente-y acerté-sonrió.

-Bueno, médico médico a lo recetando pastillas no. Me gustaría ser cirujano...-exhalé y miré al cielo-Me gustaría poder operar y ayudar a personas con problemas...

-Entiendo.

-¿Sabes? Antes quería ser futbolista.

-¿Futbolista? -rio a carcajadas.

-Va en serio-le di un toque en el hombro-. Pero entonces mi abuela enfermó... Los médicos dijeron que era demasiado tarde para operarla y acabó muriendo... Fue ahí cuando me di cuenta que quería ser médico, para poder ayudar a personas como mi abuela.

-Oh...-agachó la cabeza-. Es bonito-me sonrió-. Debió ser duro para tí.

-Al principio, pero la vida sigue, y aquí estoy, sentado en un porche hablando de mi vida.

Intercambiamos unas miradas y reímos levemente. El ambiente había bajado, ahora solo había el sonido de las cigarras, pero no fue algo incómodo, sino...relajante. Y sucedió algo inesperado. Sofí se levantó para ponerse en frente mía y me abrazó fuertemente.

-Lamento que tuvieras que pasar por algo así-se aferró aún más a mi cuello-. Estoy convencida de que serás el mejor cirujano del mundo.

No pude evitar soltar un par de lágrimas, recordando a mi abuela y mi propósito de estudio. Le devolví el abrazo y rodeé su cintura, abrazándola fuertemente. Ella acomodó su cabeza en el hueco de mi hombro y nos quedamos así un rato... Ninguno dijo nada, pero su presencia y el abrazo fue más que suficiente. Sofí pudo notar mis lágrimas y se reincorporó para limpiarlas. Me dio una sonrisa reconfortante. Estábamos en otro de esos momentos donde nadie más existía, sólo nosotros dos. Su rostro quedó a unos escasos centímetros del mío y no pude evitar desviar mi mirada hacia sus labios. Desgraciadamente ella se dio cuenta, pero como si no importa, juraría que se acercó para besarme y como siempre en el mejor de los momentos...

Fake loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora