CAPÍTULO ESPECIAL

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Cinco años después...

“Mejor cirujano del mundo realiza una intervención casi imposible hasta la fecha”. “Alejandro García, el mayor cirujano, siendo tan joven, logra...”. “El cirujano García consigue ejecutar una operación a una mujer mayor en estado terminal”.

Las noticias estaban siempre llenas de esos comentarios. Álex realmente lo había logrado. Se convirtió en el mejor cirujano a nivel mundial. Su abuela debe estar realmente orgullosa... Y yo también me sentía orgullosa de él, sobretodo poder estar a su lado, viéndolo conseguir su meta. Cada vez que venía a casa y lo veía con esa tremenda sonrisa suya que hace que te derritas, diciendo que había conseguido lograr una intervención más, me llenaba de alegría. Yo en cambio...Bueno, sigo con mi humilde trabajo como química. No es que me disguste, pero tampoco es mi pasión precisamente. Pero con eso gano lo suficiente para poder pagarme el piso, por más que Álex me diga de vivir con él y no tener que preocuparme por el dinero. Aunque no me preocupa, estoy bien y no quiero depender de nadie. Y sí, con lo restante gasto dinero en algunos libros de capricho.

Hoy, sábado, nueve de diciembre, es mi cumpleaños. Como plan, tenía pensado en acostarme todo el día como solía hacer en mis cumpleaños, pero esas ideas tuvieron que cambiar cuando empecé a salir con Álex. Él siempre estaba pegado a mí. No lo negaré, me encantaba lo empalagoso que era conmigo. Me daba ese cariño que siempre deseé, y bueno también me daba con otro tipo de "cariño" pero eso es otro tema a parte entre él y yo, aunque creo que ya saben de qué les hablo (y lo hacía increíble).

Regresando a lo anterior. Alguien llamó a mi timbre, aunque ese alguien tiene nombre y apellidos. Y ahí estaba cuando abrí.

—Feliz cumpleaños, princesa—me besó—. Te traje algo.

—¿Qué?

Odiaba que la gente me comprara cosas. Me sentía mal que se gastasen dinero en mí.

—¿Cuántas veces te he dicho que no te gastes dinero en mí?

—Y,¿Cuántas veces te he ignorado?

Bufé.

—No te quejes y ábrelo.

Tomé nerviosa el paquete. Realmente me sentía mal cuando gastaban dinero en mí. No se imaginan cuánto.
Quité el papel y...

—¿Un portátil?—lo miré confusa.

—Querías ser escritora,¿no? Creí que necesitarías los materiales para escribir.—me sonrió.

No lo pude evitar. Dejé al lado el portátil y me aferré a su cuello para besarlo. Él me correspondió, rodeando mi cintura con sus brazos y profundizó el beso. Aunque poco después me separé.

—Te quiero mucho, mi tonto favorito.

—Y yo a tí, princesa.

No puedo creer que Álex siguiera pensando en mi sueño de escritora y me diera ese empujón para escribir, (también me dio otro tipo de empujón, pero de ese mejor no hablaremos...ya saben).

—Es increíble que te acordases de mi sueño.

—Yo ya cumplí mi sueño. Quería que tú también cumplieras el tuyo—me sonrió.

—Si sigues diciendo cosas así, terminarás matándome.

—Entonces quizá te mate con lo de hoy—me soltó pero yo seguí aferrada a su cuello.

Fake loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora