CAPÍTULO ESPECIAL II

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NOCHE DE BODAS


Mañana... Mañana era el día más esperado del año. Mi boda. Después de tanto estrés al fin llegó el momento deseado, Álex iba a casarse conmigo... No podía creerlo. Álex insistió en pasar la noche conmigo porque no quería separarse de mí—aunque creo que quería asegurarse de que no me fugaba y lo dejase tirado en el altar—. Pero como le dije tradicionalmente, el novio no podía ver a la novia el día anterior a la boda. Se molestó pero obedeció. Yo era los nervios en persona, no me creía que llegaría este momento, antes de conocerle ya me veía en el altar casándome con esa escoria humana, pero el destino fue piadoso y puso a Álex en mi camino. Lo que jamás imaginé es que él realmente me quisiera, incluso con mis defectos y sabiendo de mi familia. Él es... sencillamente perfecto, definitivamente es el hombre de mi vida y juro que si dice mañana que no, lo mataré.

Esa noche no pude dormir, no sabía si era de la emoción o de los nervios, o por ambas no sé. Me levanté a la mañana siguiente casi temblando. La peluquera que había contratado llegó bastante temprano al piso y me ayudó a arreglarme. Me ayudó también a ocultar mis ojeras de la noche anterior para no parecer un zombie. Finalmente me puse mi vestido.

Me costó horrores elegirlo, y más con la madre de Álex que se empeñaba en que todos me quedaban bien

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Me costó horrores elegirlo, y más con la madre de Álex que se empeñaba en que todos me quedaban bien.

Como lectora que soy, después de leer Tres meses de Joana Marcus, le imploré a Álex casarme en la playa. Él no opuso queja alguna, mientras me casara con él... Es demasiado perfecto para ser cierto. Espero no despertar algún día y que todo esto fuera un sueño.

La playa no estaba muy lejos del pueblo de Álex, fue llegar en cuestión de pocos minutos y por la ventanilla pude divisar la cara de sorpresa de Álex y todo el mundo colocándose en su sitio. En vista de que mis padres obviamente no estuvieron invitados a la boda por temor a que la estropearan, fue el padre de Álex el que se ofreció a llevarme al altar...

—Álex anoche estaba insoportable.—comentó su padre—. No paraba de darnos la lata con que lo abandonarías. Era un matojo de nervios.

¿Abandonarle? ¿Yo? Eso sería en un universo paralelo.

—Eso jamás. Y yo también estaba bastante nerviosa...

—Supongo que es normal, hoy os unís oficialmente.

Rezo para que Álex no se arrepienta y pida el divorcio.

Segundos después ya estaba caminando hacia el altar. Sentía tantos nervios que sentía que vomitaría en cualquier momento—por favor que no—.

—Estás preciosa.—me susurró Álex.

No pude evitar sonrojarme y la ceremonia empezó.

—Si alguien está en contra de este matrimonio que hable ahora o...

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