¿QUIÉN ES ESTE TIPO?

9.7K 586 1
                                    

Llegué al fin a mi habitación. Estaba nervioso,¿Cómo será mi compañero de habitación? Metí la mano en el bolsillo para sacar la llave pero...¡No está! Empecé a entrar en pánico. Miré en todos los bolsillos del pantalón y de mi chaqueta. Tampoco estaban. Estaba tan desesperado que miré incluso en mi maleta por si acaso la guardé allí pero tampoco. Mierda, el director me matará. ¿Dónde...? Entonces recordé... Llevaba las llaves en mi mano cuando todo sucedió, cuando ella corrió en mi dirección y chocó contra mí. Seguramente en ese momento caerían mis llaves. Joder, joder, joder...¿Y ahora qué coño hago? No han pasado ni veinticuatro horas y ya no tengo llave... Regresé al lugar de los hechos para buscar las llaves. Revisé todo el suelo y no hubo nada. Ahora sí, creía que me desmayaría de los nervios. ¿Se llevaría ella las llaves? Eso no sería una mala opción, ya que si ella se lleva mis llaves, eso significaría que tendría que volver a verla y quizá me chantajearía. ¡Mierda! No tuve otra opción que ir a buscarla.

Estaba pensando en todos los comentarios posibles que ella pudiera hacerme, chantajearme sobre devolverme las llaves a cambio de fingir ser su novio... Me dirigí de nuevo a la cafetería, con la esperanza de que ella de alguna manera siguiera allí. Entré en el pequeño local y me asomé. No vi mucho, ya que había una gran concentración de gente, así que fui a buscar a su amigo. Me dirigí a la barra y...¿Cómo se llamaba?

—¡Ey Marcos!

El chico me miró algo confuso y se señaló así mismo. Yo asentí y él vino hacia mí.

—Me llamo Mario, no "Marcos"—rodeó los ojos.

—Como sea...¿Ella aún sigue aquí?

—¿"Ella"... quién?

Mierda es verdad, no recuerdo su nombre, si es que acaso lo dijo.

—Pues...—suspiré—. Mi novia.

—Ah...No, Sofí se marchó hace un rato.

—¡Ash!—golpeé la mesa.

—A propósito, ella te dejó algo.

Eso me intrigó y el chico sacó una pequeña caja de debajo de la barra. Tenía una etiqueta de:

OBJETOS PERDIDOS

Entonces mis ojos se iluminaron al ver las llaves con la etiqueta 206.

Las agarré tan rápido como pude y sentí un gran alivio en mi pecho. Ya después de calmarme, Mario me dio también un papelito y me miró con cara de: "La cagaste". Desdoblé el papelito y vi una nota.

Hola. Supongo que no te diste cuenta de la falta de tus llaves. Perdón por no haberte dado las llaves antes, quería explicarte las cosas primero y lo olvidé. Le pedí a Mario que las guardara por si no nos volvíamos a ver. Gracias por haberme escuchado hoy y siento las molestias.

Sofí~

Es cierto, escuché que la llamaron "Sofí"... Que nombre tan curioso. Mentiría si dijera que ahora me sabe mal haberla tratado así, pero la rabia y confusión del momento me pudo. Pero,¿Qué se le va a hacer? Ella ahora va por su lado, y yo por el mío.

Regresé a mi residencia, y ahora sí, por fin podré entrar a ver mi habitación. Metí la llave ansioso y abrí la puerta. Al entrar me llevé un poco de decepción... Sabía que el apartamento sería pequeño pero no imaginé que sería tanto. Una diminuta sala donde habían dos sofás para tres personas y un pequeño televisor junto a una mesita con una lámpara que parecía bastante antigua. Habían algunos papeles que parecían de comida rápida tirados por el suelo. Y prefiero no hablar del desastre de la cocina,¿Tan desordenado es mi compañero? Entré a ver qué tan mal estaba el baño, como sospechaba, hecho un desastre, con ropa en el lavabo, y en el suelo y apenas cabía una persona aquí dentro—los cubículos de los baños públicos empezaron a parecerme más grandes—.Por último fui a ver mi cuarto, bueno "nuestro" cuarto, porque las dos camas estaban en la misma habitación, y pensar que creía poder tener una habitación para mí solo y descansar... Se notaba cuál era la cama de mi compañero, pues estaba sin hacer, en serio,¿Quién será este tipo? En fin.

Algo decepcionado, empecé a deshacer la maleta y colocar mi ropa en el armario. Para cuando acabé, vi que ya había anochecido. Entre tanto viaje y la locura de hoy, el día se pasó volando. Fui a darme una ducha, para luego dejar caer mi cuerpo que se sentía pesado sobre la cama. Una cama bastante pequeña e incómoda, por cierto. Supongo que tendré que empezar a adaptarme. Mientras pueda terminar mi carrera... Cogí mi móvil y vi que no tenía batería. Rápidamente busqué en mi maleta el cargador y lo puse a cargar. No tenía nada más qué hacer, a parte de esperar a mi compañero y conocerlo, aunque la primera impresión, a juzgar por cómo tiene el apartamento, es un poco guarro. Al rato, ya cuando mi móvil por fin dio señal, sentí que se me paró el corazón...

¿Saben cuando salen de fiesta o con los amigos, olvidan que tienen el móvil en silencio y luego ven numerosas llamadas perdidas de tu madre y sabes que cuando regreses a casa te va a partir la cara? Pues esto es igual, sólo que el guantazo tendrá que mandármelo por correo. Llamé rápidamente a mi madre y darle señales de vida. No tardó ni medio segundo en cogerlo.

─¿Mamá?—pregunté con voz temblorosa porque sabía la que me iba a caer.

—¿DÓNDE DIABLOS ESTABAS? ¿SABES LO PREOCUPADA QUE ME TENÍAS? ¿ACASO QUIERES MATAR A TU MADRE?—se desahogó por completo, sin duda.

—Perdón mamá, es que hoy tuve el día bastante ocupado.

—¿Tan ocupado como para no llamar a tu pobre y vieja madre?—y empieza con su dramatismo—. Con lo preocupada que me tienes, y no puedes ni mandar un maldito mensaje para decir que estás bien.

Hasta puedo imaginarme la cara de mi madre "apenada", haciendo chantaje emocional.

—Perdón mamá. No volverá a suceder. Estoy bien,¿Y vosotros?

—Yo estoy a punto de tener un infarto. Y tu padre ha salido al campo.

—¿Al campo?

—Quería despejar su mente en vista de que su hijo no le contestaba a los mensajes ni llamadas.

—Vaya. Me sorprende que no hayáis puesto ya una foto mía en los cartones de leche.—dije a modo burla.

—Créeme que estuvimos apunto de hacerlo.

—Ya aprendí la lección.

De repente, escuché unas llaves. ¿Será mi compañero de piso?

—Oye mamá, me reclaman. Mañana te llamo. Buenas noches.

—Más te vale llamarme en cuanto despiertes o sino te voy a mat...—le colgué.

Quiero a mi madre, pero a veces se pasa de melodramática. Escuché como la puerta principal se cerró de un portazo, así que con cuidado salí al pasillo a ver. Estaba nervioso,¿Cómo será mi compañero de piso? Un chico bastante alto y moreno dejaba las llaves sobre un bol de la entrada. De repente sus ojos repararon en mí y me sonrió.

—Hola. Debes de ser Alex,¿no?

Fake loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora