VACACIONES EN FAMILIA II/II

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—¿Cómo?—a mi madre se le abrieron los ojos como platos—¿De verdad?—preguntó con ilusión.

Madre mía, a todo el mundo le hace ilusión que Sofí conozca a mi familia excepto a mí. Va a salir corriendo después de hablar un rato con mi madre.

—Sí.

—¡Qué bien!—nos abrazó a la vez y casi muero por asfixia—. Prepararé un par de platos más para cenar entonces. Pasad—abrió la puerta de par en par y se marchó a la cocina.

—Que conste que ya te avisé de lo loca que está mi madre y obsesa con que seas mi novia—le susurré.

—De eso último no me avisaste.

—Ah,¿no?—me quedé pensativo.

Es cierto, no me dio tiempo de advertirle sobre los comentarios de mi madre.

—No.

—Bueno. Mala suerte—me encogí de hombros y ella me golpeó en el hombro, flojito. Aunque si de verdad quiso golpearme con fuerza, ella realmente es floja.

Entramos al salón y como de costumbre, por estas fechas, mi madre suele encender ya la chimenea.
Ya que en el ambiente hacía bastante calor por el fuego, nos quitamos nuestros abrigos.

Sofí se paseó por el salón observando los cuadros.

—Sois bastante fans de las pinturas, ¿eh?—me miró.

—Es más bien mi madre. Dice que eso le da un "toque culto" a la casa.

Sofí soltó una risa seca y miró hacia una foto que jamás quería que viera. Sus ojos se abrieron como platos y sonrió.

—¿Este eres tú de pequeño?—agarró la foto.

—Ey, déjala—se la quité.

—¿Por qué? Se te ve súper tierno—rio.

Rodeé los ojos.

—Qué graciosa.

—Va en serio. Se te ve súper adorable con tu heladito en la mano.

—¡Para ya!—me sonrojé de la vergüenza.

A todo esto entró mamá en el salón.

—La cena está lista.

Fuimos a la cocina y por supuesto para cenar, un plato de espaguetis. Sorprendentemente a Sofí se le iluminaron los ojos.

—¡Mi plato favorito!

—¿En serio?—la miró mi madre—. Qué suerte, entonces que los hice. Adelante, espero que te gusten.

Nos sentamos a cenar. Mi madre, al igual que Cristian, no paraba de contarle anécdotas a Sofí sobre mí cuando era pequeño. Qué humillación. También preguntaba muchas cosas sobre ella, en especial intentó sacarle el tema de conversación sobre su familia, pero Sofí siempre esquivaba esa pregunta respondiendo con otra, intentando cambiar de tema. Y de repente se escuchó un sonido que hizo que mis huevos se encogieran. La puerta de la casa. Eso significaba que papá había vuelto. Papá va a ver a Sofí, ¡Y en persona! Por el Altísimo que no pase nada.

—Cariño, ya estoy en ca...—se paró en seco y nos miró.

—¡Cariño, mira quién ha venido!

—Ya los veo—sonrió. ¡Sonrió! Esto es increíble—¿Cómo vosotros por aquí?

—Habíamos pensado en venir un par de días por las vacaciones...

En realidad lo pensé yo, sólo que mi estúpida boca actuó antes que mi mente e invité a Sofí.

Fake loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora