Fake love

LA FOTO

ÁLEX

—Qué dolor de cabeza...—dije frotando mis sienes.

Estaba tumbado en el sofá, arrepintiendome de haber bebido demás. Hacía años que no bebía así...

—¡Pues claro que te duele, idiota!—me regañó Sofí—. Bebisteis como locos.

Sofí había venido esta mañana, temprano para ver cómo estábamos y al ver nuestro estado... Decidió quedarse. Aunque me daba mucha vergüenza que me viera ebrio y ahora cuidara de mí.

—Yo ya lo veía venir—entró Daniel en el salón—. Por eso bebí aún más—se dejó caer en el otro sofá.

Sofí rodeó los ojos y se cruzó de brazos.

—Mira, mi primo no me importa porque ya tiene mucha experiencia en esto, además de lo inútil que es.

—Ey, que estoy aquí.

Ella le miró de reojo y luego volvió a mí.

—Pero de tí no esperaba esto.

—¡Fue su culpa!—señalé a Daniel.

—¿Y qué? Bebiste igual.

—Dios, pareces mi madre.

Ella me golpeó en el brazo.

—Golpear a un pobre e indefenso enfermo, que feo eso, Sofí.

—Enfermo no, pero tonto quizá.

—Y  encima me insulta.

Hizo el ademán de decir algo, pero tan pronto abrió la boca, la cerró.

—Yo me tengo que ir—se levantó del sofá—. Te había traído cosas para la resaca.

—¿Y a mí?—preguntó su primo.

—A tí te daré una hostia si no te callas.

—Eres mala—fingió llorar.

—Como sea...

Iba a salir por la puerta pero tenía que preguntárselo sí o sí.

—¡Espera, Sofí!—se detuvo en seco y se dio la vuelta para mirarme—. ¿Ayer dije o hice algo indebido estando ebrio?—pregunté aterrado.

De nuevo, Sofí pareció querer decir algo, pero acto seguido cerró la boca y se quedó pensativa.

—No.

—¿Seguro?—enarqué una ceja.

—Hablar, hablaste poco, lo único que hiciste fue vomitarme encima.

Me sonrojé de la vergüenza.

—Que tengáis un buen día. Llámame cuando estés mejor—se marchó por la puerta.

Le vomité encima...¡Por Dios, qué asco! Ella deberá repugnarle, de seguro me odia ahora.

—Le vomitaste encima, qué pringado.