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-¿Algo anda mal?-. escuchó una voz familiar antes de que un brazo colgara de sus hombros.

Andrés miro a Victor, pero siguió caminando. Su próxima clase comenzaba en cinco minutos y era a la que no podía llegar tarde. Por nada, pero nada en el mundo.

-Nada.

-Nada...ya suéltalo, Sparta-. sus ojos verdes estaban fijos en su amigo llenos de curiosidad.

Andrés se encogió de hombros. -Estoy en bancarrota...Y mi beca se acaba si no mejoro mis calificaciones en tres cursos-.

Victor frunció el ceño.-Creí que ya habías hablado con López y Conde explicando tu situación.

Tomó aire y suspiro. -López lo entiende y Conde me ama, soy su favorito aunque diga que no tiene preferencias estudiantiles. Lamentablemente existe programación de sistemas.

Victor formó una mueca. -Coronel.

-Exactamente-. dijo miserablemente.

El profesor titular más joven, Ari Coronel tenia el apodo de "Profesor imbécil" por alguna razón: Malditamente estricto y duro, fijando estándares imposiblemente altos para los universitarios y tirando desprecio a aquellos que fallan en alcanzarlos. Él, por nada en el mundo, toleraría la "flojera".

Andrés había perdido varias de sus clases y, a menudo, no tenia tiempo para completar sus tareas; probablemente, era uno de los estudiantes menos favoritos de Coronel, si es que incluso tuviera favoritismos.

La posibilidad de Coronel permitiéndole una flexibilidad era nula, inexistente. Coronel no ofreció flexibilidad a nadie; incluso cuando un estudiante le dijo que su abuela había fallecido y no pudo realizar su proyecto, él lo reprobó de todas formas. Sus demandas bordaban lo estúpido y ridículo, pero a ojos del consejo de la universidad él hacia todo perfectamente bien. Quizás se debía a su cantidad de becas de programación, demasiadas becas.

Andrés tenia que darle el crédito a Coronel; cualquiera no llega a ser un titulado en programación de sistemas altamente respetado a los veinticuatro años, a menos de que sea muy inteligente, pero eso no cambiaba el hecho de que era un completo idiota.

-¿Qué harás?

-No tengo idea-. Andrés caminó hacia sus asientos habituales en el frente de la sala de clases, Coronel les ordenó a él y a Victor sentarse ahí despues de atraparlos hablando en su clase. Se sentó y suspiro. -¿Qué debería hacer?

-Me gustaría poder ayudarte, Sparta-. Victor se dejó caer en el asiento junto a él. -Pero sabes que estoy un poco desesperado por el dinero tambien.

Andrés asintió. Victor vivía junto a un compañero de cuarto sustentándose como podía, sus padres no eran de mucha ayuda.

-¿Qué hay de tu primo, Carlos?-. Victor sonrió aliviado.

-Él salió de la cárcel hace poco y tiene una vida por resolver, no necesita mis problemas encima de los suyos. De todos modos, no estoy pidiendo dinero. El problema es Coronel, si no obtengo buenas calificaciones en su curso perderé la beca y tendré que abandonar la universidad.

Aunque a veces Andrés se preguntaba si era mejor abandonar; si no asistiera a una universidad mejoraría sus probabilidades de encontrar un trabajo medio decente. La idea era buena, pero un titulo universitario aumentaría sus probabilidades de encontrar un trabajo bien remunerado y darle a Teo y Bruno una vida decente a medida que crecían.

-En realidad-. dijo Victor de repente. -He oído un interesante rumor sobre Coronel.

-¿Qué rumor?

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