Subestimé su deseo sexual, pensó Andrés mientras chupaba el miembro de Coronel una semana después. Era la quinta vez esa semana que se había encontrado de rodillas delante de él.
Andrés tuvo que admitir que no era desagradable ni nada; Podría haber sido mucho peor. La verga de Coronel estaba siempre limpia y sabía bien. Claro, el tamaño hacía que la cosa sea más difícil de lo que debería haber sido, pero después de las primeras veces, se había acostumbrado a ello y su mandíbula ya había dejado de dolerle. Además, la mayoría de las veces, Coronel hacía la mayor parte del trabajo, acunando la cara de Andrés y simplemente follándole la boca.
Sin embargo, hubo ocasiones, como hoy, en que Coronel ordenó a Andrés lamerlo y chuparlo despacio. Eso era más difícil, pero el interno sentido de justicia de Andrés no le dejó hacer un trabajo a medias: Coronel le pagó mucho dinero por esto, después de todo.
Si alguien le hubiera dicho hace unas semanas que estaría chupando la verga de otro tipo cada día, Andrés se habría reído e insultado a esa persona. Si alguien le hubiera dicho que iba a dejar que el Profesor Coronel, de todas las personas, pusiera su verga en su boca todos los días, Andrés habría pensado que era una muy mala broma. Y no una broma divertida.
Sin embargo, allí estaba él, chupando el miembro de Coronel, su gran mano guiándole la cabeza mientras Andrés bombeaba su cabeza, girando su lengua alrededor de la cabeza de la verga de su maestro. Sí, tenía buen gusto. Andrés encontró que con cada vez que pasaba le preocupaba menos el sabor.
Coronel gruñó, sus caderas empujando hacia arriba ligeramente. Andrés no estaba seguro que decía sobre él que supiera que Coronel ya estaba cerca de llegar.
-Mírame-. exigió.
Andrés se encontró con los ojos oscuros y mirada de reptil, chupó la cabeza lentamente. Luego más duro.
Coronel agarró el cabello de Andrés, empujó con fuerza y se corrió.
Andrés se tragó la corrida. No era un fanático del sabor, pero sabía que a Coronel le gustaba cuando lo hacía. El sabor no era tan horrible, de todos modos.
Después de un rato, sintió la mirada de Coronel sobre él y levantó la vista de nuevo. Él lo miraba con una extraña expresión en su rostro. De repente, Andrés se dio cuenta de que todavía tenía la ablandada verga de Coronel en su boca y todavía estaba chupándola sin prestar atención, como si fuera un chupetín gigante.
Sonrojándose, dejó que se salga de su boca y se puso de pie. -Yo estaba en otra parte-. dijo, alejándose y limpiándose la boca.
-Yo no dije nada-. dijo Coronel en cambio.
Cuando oyó el sonido de una cremallera, Andrés se volvió.
Una vez más, el profesor se veía inmaculado e intocable. Si Andrés no supiera mejor, nunca creería lo que había ocurrido en esa oficina hace unos minutos.
Andrés pasó de un pie al otro. Echándose hacia atrás en su silla, Coronel enarcó las cejas. -¿Sí?
Mierda. Esto era incómodo, pero Miguel le había dicho que iba a renunciar si Andrés no aumentaba su salario. Para empeorar las cosas, su renta vencía hoy. Así que Andrés se obligó a hablar. -Necesito dinero. ¿Puede pagarme ahora? Quiero decir... sé que no era el trato, pero-
-Ven aquí-. Andrés cerró la boca a media frase y dio un paso hacia él. No podía leer la expresión de Coronel, pero él tomó su muñeca y lo tiró en su regazo. -¿Pero qué-
-¿Qué hay de esto para mí?-. Coronel dijo, burlándose claramente de él, usando las palabras que Andrés le había dicho hace una semana. Andrés se apoderó del respaldo de la silla de Coronel, sintiéndose incómodo y extraño. Nunca había imaginado que estaría en esta situación: sentado en el regazo del Profesor Coronel y tratando de sacarle dinero. -¿Qué quieres? ¿Otra mamada?
Coronel lo estudió. -Me dejas que te toque y te bese y te daré el dinero.
Andrés parpadeó. Bajó la mirada a los labios de Coronel y sintió una sensación incómoda en su estómago. -No lo sé... quiero decir, soy heterosexual. Eso sería un poco raro.
Los labios que estaba mirando se torcieron. -¿Más extraño que chupármela, Saavedra?
Andrés sentía una burbuja de risa nerviosa subiendo dentro de él. -Bueno, si lo pone de ese modo, supongo que tiene razón-. Coronel envolvió una mano alrededor su cuello, acariciando su pulso con el pulgar. -¿Bien?
Andrés se encogió de hombros. -Bien.
Parecía como si Coronel hubiera estado esperando sólo por esas palabras, porque lo siguiente que Andrés supo, es que tenía la lengua de su profesor en la boca. Sus ojos se abrieron, pero se forzó a relajarse.
Cerró los ojos, tratando de distanciarse de lo que estaba sucediendo y fallando. Era de esperar, Coronel era bastante buen besador. No era descuidado, y el beso no era horroroso, pero era extraño. Era extraño ser el que era besado, y no el que besaba. Él estaba siendo besado por un hombre, no una chica bonita. La diferencia no debería haber sido tan obvia, pero lo era. Coronel besaba de la misma forma en que actuaba: mandón, exigente y duro.
Unos minutos más tarde, Coronel finalmente había terminado de besarlo, y los labios de Andrés estaban hinchados, sensible y rojizos. Se sentía un poco abrumado y más que un poco extraño.
Coronel lo miró, resopló y lo empujó fuera de su regazo. Andrés se puso de pie tambaleándose y se volvió para irse.
-Usted no cobró, Saavedra-. Pago... Andrés volvió y no miró hacia él mientras Coronel puso dinero en su bolsillo.
-Puede retirarse-. dijo. -Tengo tareas que corregir-. Andrés estaba muy feliz de obedecer.
Una vez que estuvo fuera de la oficina, tocó sus labios rojizos.
Ellos le hormigueaban y ardían.

ESTÁS LEYENDO
MORBOSO
FanfictionEl profesor Ari Coronel -Raptor- no tiene corazón, eso es lo que todos dicen, que es un idiota despiadado con estándares tan altos para sus propios estudiantes; reprobando a la mayoría. Andrés -Sparta- descubre que tienen razón. Él llega a un acuer...