PECADO

Parte 2

CONFLICTOS

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HELLA

La mano de Sandra me sostiene de la cintura mientras me ayuda a caminar por el campamento.

Los ojos como los huesos me duelen, pero avanzo apoyada en Sandra que me muestra y señala el lugar que nunca había podido observar estando encerrada y en el hospital.

Se respira diferente, el aire frio impacta mis fosas nasales y aspiro profundo con los ojos cerrados avasallando mis pulmones.

Dos complejos blancos se pueden divisar y alrededor pequeños domos, canchas de entrenamientos, moradas de las cuales salen y entran hombres y mujeres vestidos con Kimono el cual es el nombre genérico con el que se conoce al uniforme utilizado tanto para la práctica de artes marciales como aikido, judo o kárate.

—Este lugar se llama el oasis—comenta ella mientras un grupo de chicos pasan haciendo un trote junto a nosotros—no son muchos, pero tu tendrás el entrenamiento intensivo.

—¿Qué es exactamente este lugar? —me siento bien por salir de ese infierno, pero es terrible sentirse que no perteneces a ningún lugar.

Estoy muy desorientada, a donde observes hay montañas y estamos protegidos por cerros inmensos bañados en nieve.

—Es un centro de entrenamientos especializados que forma, instruye y adiestra miembros para la fraternidad de asesinos.

—¿Fraternidad? —si antes de dolía la cabeza, a empeorado.

—Ya lo entenderás más adelante, no te preocupes como tampoco te esfuerces tanto, pasaste dos malditos meses destruyéndote física y mentalmente, ahora lo único que debe preocuparte mi Perséfone es recuperarte, sacudirte el polvo y florecer de nuevo.

No le digo nada, estoy concentrada en algo a partir de ahora y es en volver a recuperar todo lo que era y conseguir todo lo que quiero ser.

—Te llevare a tu domo, está especialmente equipado para ti y mañana mismo, empezamos con tu recuperación.

—Está bien.

Un chico pasa por mi lado sonriéndome y bajo la mirada, simplemente dejo que Sandra me guie al lugar de descanso ya que siento que no puedo dar un paso más.

—Tu clave—dice señalándome el panel—1298.

—Ese número significa algo—pregunto cuando las puertas se abren.

—Eres el miembro 1298 que se une a esta división.

Ingreso, aquí la temperatura es cálida y nada más es ver la cama para querer arrojarme.

—A las siete de la noche siempre se come, si no estás a esa hora te quedas sin alimentos—dice cuando me siento—tú tienes una dieta estricta, como aquí tienes los medicamentos tu los empezaras a tomar cuidando de tu salud y bienestar.

Asiento, solo quiero descansar, no dormí por mucho tiempo torturándome con mis propios pensamientos y solo quiero apagarme.

—Tengo dolor de cabeza—le digo—como en los huesos, mejor dicho, todo el cuerpo.

—Aquí, en este fascículo tienes descrito las horas, el color y para qué sirve cada pastilla—dice—sin embargo...

Sonrió y no la entiendo.

—Helena activar recordatorio de medicamentos.

—Hola Sandra—es inteligencia artificial.

—Hola Helena—contesta—a partir de ahora, atenderás y cumplirás con todos los requerimientos de Perséfone.