PECADO

Parte 9

ROJA

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DASTHAN

Rumania-Bucarest.

Somos asesinos de una fraternidad que busca proteger a la humanidad de peligroso que no conocen y matamos a todo aquel que quiera alterar el orden y destruir vidas de personas inocentes.

Nunca tuve problema con quitar una vida, cuando inicias de pequeño te preparan psicológicamente para matar, torturar y soportar ver y escuchar las cosas más extremas.

Sin embargo, me prepararon toda la vida para afrontar la muerte, inclusive la mía misma, menos aceptar la muerte de mi hermana.

Hay dos cosas inevitables en este mundo. Sepultas o eres sepultado, pero daría lo que fuera por que las cosas fueran diferentes.

Es la manera de perderla, lo que sufrió, su hijo, su decisión y el perderla, fue perder parte de nuestras vidas, porque sin Hella, ya nada es igual, nada es lo mismo, ya nada importa.

Solo una cosa.

Venganza.

Paso la tarjeta abriendo la puerta del hotel donde voy a hospedarme. Es de noche y descargo el maletín con mis pertenencias. El vuelo me dejo agotado y me doy una ducha antes de alistar mis armas.

Meto una esfera de chocolate a la boca antes sentarme frente a la mesa la cual dejo el armamento preparándome para lo que vine hacer aquí.

Desarmo el arma para poder relajarme, despues del chocolate es lo único que logra calmarme y desde la muerte de Hella, yo, yo he perdido el control.

No solo éramos hermanos, cada uno era una extensión del otro, pero con su muerte siento una parte de mi muerta.

Sin embargo, contra todo pronostico yo en ocasiones percibo algo diferente y puede que sea solo mis ganas de tenerla a mi lado, la culpabilidad que me aruña por dentro o el deseo de volverme a reflejar en sus ojos, pero en ocasiones siento mi corazón latir diferente.

No se como explicarlo, no tengo palabras, es algo inexplicable o descabellado, pero siento a mi hermana y que pese a la mínima probabilidad está viva.

-Maldición-no puedo concentrarme.

Camino con el torso desnudo al balcón y en el marco dejo las manos en la parte de arriba mientras admiro la vista que tengo al frente y como las luces nocturnas parpadean dándome una panorámica excepcional.

Estoy aquí por dos razónes. Sigo mis instintos, aunque en este momento sea más animal que persona.

Muevo mi cuello, es tarde y voy a la cama tomándome las horas necesarias de descanso. En la mañana, me preparo dejando el arma detrás y me aseguro de que quede bien, agarro mis pertenencias antes de salir y tomar el tren que me lleva a....Sinaia.

El viaje distrae mi mente y al llegar al lugar solo demoro un par de horas para tocar la puerta de una de las personas que mas amo en esta vida y ocupa una parte especial en mi corazón.

La puerta se abre cuando toco y no hay nadie a mi altura, por lo que bajo la mirada encontrándome con...

-Tiooooo-la pequeña Amara.

Hija de Merilla y Damian. Es una luz en la vida de todos.

-Pollito-me agacho tomándola en mis manos.

Las particularidades físicas la delatan, el cabello crespo y rubio como el de su madre sobresale y tiene los ojos grises de su padre dándole una apariencia de un ángel alado con una belleza inigualable.