PECADO

PARTE 13

MOMENTS BEFORE HELL

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DASTHAN

Miro la cama donde yace mi hermana acostada con la sábana blanca cubriendo la mitad de su cuerpo. Suelto mis manos acercándome y acariciando su mejilla con ternura.

Los ojos me arden cuando reparo a Dj que está a su lado y se que debo ser fuerte, pero es duro ver a tu hermano pequeño, al que se supone debes proteger prácticamente como un vegetal. Están juntos, se mantiene así porque según Polo, sus funciones neurológicas se activan más cuando está cerca de Samira.

Dragon ingresa acostándose al lado de Samy que despierta sintiéndose débil. Los informes del polaco dicen que el líquido que anda por su sangre no la mata, pero si la debilita al grado que pierde resistencia, fuerza en sus músculos y huesos.

También reconoce que mi hermana ha sido una niña fuerte porque teniendo en cuenta los casos anteriores y como terminan las personas después de ser inyectados con ese líquido, mi hermana ha superado sus expectativas.

Dj, es quien la puede curar, pero no se este chiquillo malcriado que es lo que necesita para despertar.

—Hola—sus ojos bicolores me observan y le sonrió—mis hombres de negro.

Ya sabe la verdad de lo que somos, en ese operativo donde todos perdimos la mitad del alma, la familia descubrió nuestro secreto.

Hace dos años los McDonald's, caímos, perdimos una joya de la familia que nos ha marcado para siempre, pero el enemigo cometió un error, nos dejó respirando y aun con las heridas sangrando estamos de pie y enfocados en nuestra venganza.

Siempre tiene una sonrisa para todo y suspiro maldiciendo porque me duele el alma al ver a mis hermanos pequeños en esta situación. Lo peor es que Samira no va a mejorar si Dj no despierta, hay un código genético que solo el campeón de papa sabe y ni las mejores mentes maestras han podido descubrir.

—Anhelo de papa—Dragon besa su frente—como te sientes.

—Tengo un poco de sueño—se acomoda volviendo a cerrar los ojos.

—Descansa, nosotros vamos a estar aquí para protegerte—le susurra Dragon.

—Vi a Hella—alterno la vista entre Samira y Dragon—ella vino por mí.

Paso saliva con sus palabras y no tengo explicación alguna para lo que siente mi corazón. No se como explicarlo, se que ella esta muerta, la vimos caer, pero dentro de mi hay una inquietud aferrado a mi pecho y sé que Dragon también siente lo mismo.

—Anhelo eso es imposible, ella—Dragon no es capaz de terminar la frase porque es como si le quemara la garganta.

Ha pasado mucho tiempo desde su muerte y mencionarlo en voz alta duele demasiado. Y más cuando se tiene esa sensación culpable que te aruña el alma.

—Samy—me siento a su lado—porque lo dices.

La muevo queriendo que me dé una explicación.

—Samy.

—Umm—se vuelve un ovillo.

—Sam, que dijiste—le pregunta Dragon—bebe, hábleme.

Pide con un nudo en la garganta Dragon.

—La escuche—contesta somnolienta—era su voz.

Respiro profundo con una llama de ilusión quemándome el pecho.