PECADO

PARTE 15

DUELO

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HELLA

Me rasco el cuello con los ojos que miles de veces pusieron mi mundo de cabeza. Su aura, se ve tan imponente y tiene el tipo de expresión que no acepta alegatos, pretextos y contradicciones. Su cuerpo grande me cubre con la sombra antes de sentarme frente a mí y la distancia de su cuerpo y el mío, es el escritorio que nos separa.

La lujuria se me dispara con solo verlo y no se ni como sentarme. Lo que me envuelve no es algo que se pueda llamar normal. No debería sentirme así, tan necesitada de sentir sus caricias, de besarlo, pero siento que esto que ha emergido es incontrolable y es la prueba que de que pese al tiempo nuestro amor y deseo no ha cambiado, por el contrario, continua con mucha más intensidad.

Esto está muy mal, muy mal. Solo Dios sabe por lo que estoy pasando, por las ganas que estoy controlando mientras imploro que no note mis pezones endurecidos. Juro que lo único que quiero es saltar el obstáculo y besarlo de la misma forma que lo hicimos ayer.

—Estoy esperando una explicación—esta furioso.

—No has dormido nada ¿verdad? —se le nota en la cara y mi pregunta es tonta, pero me preocupo por el.

—Llevo sin hacerlo por mas de dos años—ese tiempo hace tanto ruido en mi mente—sin embargo, esta vez es muy diferente y como en años anteriores tu eres la culpable.

—Kolja—me hace suspirar hondo y trato de organizar mis pensamientos para brindarle la paz que requiere.

—No se cómo llamarte—me dice—¿Hella o Perséfone?

—Kolja.

—¿Mentirosa o traicionera? —contengo las ganas de mandarlo a la mierda porque en verdad, he pasado por mucho para aguantar sus insultos.

—Detente—le pido, pero la mirada me baja el ímpetu.

—Con quien voy a hablar—pregunta—quien está frente a mí, ¿Hella o Perséfone?

Trago saliva cuando me recuerda mi segunda identidad y siento que las cosas se me ponen difíciles.

—Soy la misma persona—le aclaro—así que por favor deja a un lado tu ironía que de esa manera no vamos a poder hablar tranquilamente.

—Habla—detesto que esa actitud, pero prefiero lidiar con este lado menos con el otro.

—Las cosas no son fáciles de explicar—le digo—pasaron muchas cosas Kolja y no sé si puedas entenderme.

—Joder no las vuelvas tan difícil—se exaspera.

—No me hables así—me impongo yo también.

Nos quedamos mirando por largo tiempo y respiramos profundo porque esta visto que ninguno de los dos quiere llevar las cosas a los extremos.

No tengo la misma mentalidad de tiempo atrás y se que debo manejar mis emociones, se que puedo hacerlo con otros, menos con este hombre el cual amo por encima de cualquier cosa.

—¿Cómo sobreviviste? —baja las armas y al ver su actitud, me pongo de pie con la piel erizada.

—No lo sé—miro por la ventana y el panorama que tengo al frente no sabía que lo extrañaba tanto—simplemente desperté en un hospital queriendo morir, sin saber quien era y me tomo mucho tiempo volver a ser yo.

Siento la presencia detrás y la mano que toma mi brazo, haciéndome girar en un movimiento rápido, que me deja a centímetros de su boca.

—¿Porque no volviste a mi? —pregunta con dureza—¿porque no lo hiciste cuando sabias el amor que sentía por ti?