Quién diría que ese soldado la haría temblar, le provocaría tantos nervios, miradas que se habían perdido desde hace días, miradas que necesitaban conectarse, una tensión que comenzó a surgir al sentí el calor de su mano sujetar su brazo.
Sus ojos estaban conectados con los de ella.
El contactó no había sido retirado, por sus mentes pasaban tantos recuerdos, tantas huidas a escondidas para estar juntos.Pero antes de que el la pudiera besar su rostro fue golpeado por una ligera bofetada.
— ¡Sueltame Ikeni! — dijo al soltar una bofetada en el noble soldado
Una ligera risa salió por parte de la dama de compañía al mirar la escena pero de repente fue borrada al sentir la mirada penetrante de su señora.
— Pareces una leona salvaje — bromeó riendo — pero así la amo.
— ¿Me amas? por isis no me mientas — se cruzó de brazos la princesa
— No es broma, solo te sigues resistiendo a creerme — contesto seguro
— Primero Karoma y ahora la mujer de su hijo, que insolente es usted oficial — le reprochó indignada — guarde ese amor para las mujeres de la casa de Senet.
— ¿Acaso estás celosa? — se acercó a ella creando una sonrisa traviesa
— Por favor, ¿celosa yo? — río al llevar sus manos a su cintura
Sin duda alguna Ikeni no iba a desaprovechar esta oportunidad de tomarla por sorpresa y desprevenida, el soldado la tomo cerca de el y la beso sin pensarlo.
La dama Amonet quedó perpleja con sus ojos como canicas al presenciar la escena de la princesa con el soldado, la hija del rey trataba de safarse de los brazos de Ikeni lo más que pudo y sobre todo de ese beso que no la dejaba seguir, lentamente fue correspondiendo los besos del muchacho, se dejó llevar al igual que el dejándose perder el uno por el otro.
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Un Amor Prohibido
Historical FictionNi los propios dioses igualan su belleza Ella es la hija del faraón y yo un simple soldado... Cómo podría una princesa fijarse en un hebreo.....